En Villa El Carmen, Managua, fue sepultado Jáder García, el hombre que murió este fin de semana en el hospital de Matagalpa, luego de que fuera vapuleado por policías en Río Blanco, donde apoyaba el tranque establecido por universitarios y otros pobladores en protesta contra el Gobierno.
Antes que familiares se llevaran el cadáver, los manifestantes de Río Blanco lo velaron la noche del sábado en el tranque y en un ataúd cubierto con la bandera nacional, la mañana del domingo lo llevaron a la iglesia San Francisco, donde celebraron una misa de cuerpo presente.
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El cortejo fúnebre, acompañado de mariachis, recorrió las principales calles de Río Blanco. Cuando pasaban frente a la delegación policial, los acompañantes detuvieron la marcha y en altoparlantes reprodujeron el audio de una entrevista que García concedió horas antes de morir.
Grabación
En esa entrevista grabada en el centro de salud Denis Gutiérrez, de Río Blanco, el hombre acusó que al menos seis policías lo vapulearon mientras lo encarcelaban sin motivo, la tarde del jueves 28 de junio, para luego abandonarlo inconsciente en la calle, donde despertó en la madrugada del día siguiente.
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García fue atendido en el centro de salud, pero después tuvo que ser llevado de urgencia al hospital escuela César Amador Molina, en la ciudad de Matagalpa, donde murió presuntamente a causa de un trauma abdominal.
Miembros del Movimiento 19 de Abril de Río Blanco llegaron la tarde del sábado al hospital de Matagalpa a retirar el cadáver, pero ahí les dijeron que necesitaban “algún tipo de acompañamiento”, por lo que buscaron apoyo de la Iglesia católica y de organizaciones defensoras de derechos humanos.
Apuntan con pistola a seminarista
El seminarista Sadiel Eugarrios, de la catedral San Pedro Apóstol, y Roberto Largaespada, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), iban en un vehículo para acompañar a los jóvenes de Río Blanco y gestionar la entrega del cadáver de García.
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Sin embargo, en los semáforos de la esquina oeste de la delegación departamental de la Policía, a una cuadra de la catedral, un hombre desde un camioncito blanco en el que iban paramilitares oficialistas, apuntó con una pistola al seminarista Eugarrios, quien optó por regresar al templo católico.
Poco después, la comitiva pudo ir al hospital donde negaron la entrega del cadáver, aduciendo que lo llevaría una ambulancia a Río Blanco.