Una a una, dentro de una gran maleta azul con el logo de los Yanquis, Jonathan Loáisiga va depositando todas sus pertenencias ubicadas en un casillero que aún conserva su apellido, en un silencioso clubhouse del Yankee Stadium.
Ya casi no hay nadie ahí. Los jugadores se han marchado. Además de Loáisiga, solo está el grupo de periodistas que desean sus impresiones luego de conocerse que ha sido enviado a las Ligas Menores. Loáisiga está listo. Y habla.
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“Me llevo una gran experiencia. Ha sido un gran aprendizaje. Y tomo lo que me sucede por el lado bueno. Pienso que necesito mejorar varios aspectos de mi juego y eso es lo que iré a hacer para volver pronto”, explica el pinolero.
Meredith Marakovits, la espigada reportera de la cadena Yes, toma la iniciativa y hace las preguntas. Le dice a Loáisiga que se habla de que lleva muy alto los conteos de los picheos y que necesita mejorar los envíos de rompimiento.
“Sí, se me ha dicho eso y creo que tienen razón. Voy a trabajar de manera específica en los detalles que se han expuesto. Necesito terminar mejor mis rompientes y rematar mejor a los bateadores”, reconoce el tirador nicaragüense.
Las preguntas continúan y Loáisiga se deshace de cada una con soltura y buen porte. Hay un rictus de tristeza en su rostro, pero responde con serenidad y altura. Los reporteros se alejan y solo queda Loáisiga y Marlon Abreu, el traductor.
¿Cómo estás?, le consulto, sabiendo lo obvio, mientras Jason Zillo, el director de prensa de los Yanquis se acerca al locker y le dice a Loáisiga que debe apurarse. Lo están esperando. El nica apura la maleta, pero se dispone a responderme.
“Bueno, me hubiera gustado quedarme, pero los entrenadores y el mánager son los que saben lo que uno necesita, así que iré a las Ligas Menores a trabajar duro y volveré aquí. Fue bonito estar aquí y espero volver pronto”, afirma.
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Durante la conferencia de prensa posterior al partido, el mánager de los Yanquis, Aaron Boone, indicó que habló con Loáisiga y le dijo los aspectos que debía mejorar y que podía volver tan pronto como el lunes para tirarle a Baltimore.
“Sí, me dijo que posiblemente regrese el lunes. Yo estaré listo para cuando me indiquen. Pero no me quiero cargar con eso. Voy a esperar en Dios. Su tiempo es perfecto. Volveré cuando Dios quiera”, confía el tirador con mucho aplomo.
Cuando le consulto a Loáisiga el porqué de los conteos altos con sus lanzamientos, que lo llevan a emplear muchos disparos y a reducir su tiempo de permanencia en la colina, dice que esa es la respuesta que él quisiera tener ahora mismo.
“Eso es lo que voy a descubrir ahora. Monto a los bateadores en dos strikes y después no los remato. No les lanzo el picheo correcto. Por eso es que quedan con vida y me foulean tanto como Suzuki (once veces)”, explica el carabinero.
Llega el momento de marcharse. Loáisiga toma la maleta y la comienza a rodar. Su destino es Moosic, Pensilvania, donde están ubicados los RailRaiders de Scranton Wilkes/Barre, la sucursal Triple A de los Yanquis de Nueva York.
¿Abrirá el lunes?
Este próximo lunes 9 de julio, los Yanquis tienen doble juego en Baltimore contra los Orioles y ahí podría darse el retorno de Jonathan Loáisiga, de acuerdo con lo que se le explicó a él.
“Pero también podría no darse, uno nunca sabe”, advierte Jonathan con mucho sentido. En beisbol, como en la vida, no hay nada seguro y habrá que esperar”.
Loáisiga se fue con 2-0 y 3.00 en cuatro juegos, en los que acumuló 18 innings, 15 hits, seis carreras limpias, ocho bases, 21 ponches, .228 de average en contra y 1.28 en whip.
Sus cifras son buenas por donde se vea, pero también las valoraciones de los Yanquis son correctas y él puede mejorar con ciertos ajustes que seguro le harán en las Menores.