De “inverosímiles” y “propias de telenovelas de terror y además mal escritas”, calificó el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, las acusaciones contra cinco jóvenes de Matagalpa, en referencia a cinco líderes del Movimiento 19 de Abril en Matagalpa y otras 18 de Sébaco. La audiencia contra los acusados de Sébaco fue realizada a puertas cerradas.
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“Lamentamos que se estén ensañando con estos 23 de Matagalpa, lamentamos los golpes que esos muchísimos presos que nos han entregado han recibido, lamentamos el maltrato que han recibido durante los días que los tuvieron presos (… ) nos duelen cuando vemos pasar camionetas enteras llenas de antimotines y también de encapuchados vestidos de civil, allí entre policías y antimotines (…) para ir a arrasar un tranque”, dijo Álvarez desde su programa en el Canal 51, de la Iglesia católica.
El obispo de Matagalpa, cuestionó también los ataques que durante este período han realizado paramilitares contra los templos de la iglesia católica como sucedió en La Trinidad.
“Sitiando un templo, disparos a templos ¿y qué es eso, y qué es eso?”, cuestionó monseñor Álvarez.
El religioso también denunció que en ese mismo sitio el equipo de TV Merced, fue interceptado “por estos encapuchados y la Policía allí cerca sin hacer nada, bajan a los cuatro muchachos, desbaratan cámaras y desbaratan celulares golpean a uno y la Policía allí, ¿en qué país estamos viviendo? ¿qué es lo que se pretende, hacia dónde se quiere llevar a Nicaragua? ¿A un derrumbero, a un abismo?”.
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En el informe publicado este jueves por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, sobre la situación en Nicaragua indica que el equipo que estuvo en el país también recibió quejas “por la presencia de individuos armados en las calles, además de elementos armados progubernamentales, habría contribuido a la existencia de un clima de intimidación e inseguridad”.
Igualmente se refirió a la visita que él realizó al Chipote, el pasado martes, poco después de haber regresado del Vaticano e indicó que durante su visita a las celdas del Chipote, pudo darse cuenta “que allí en esas oficinas de Auxilio Judicial hay cárceles que están en la superficie en el exterior y hay otras que están allí subterráneas”.
El religioso dijo desconocer si la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) logró entrar a esos dos tipos de cárceles.
Luego de platicar con los primeros cinco jóvenes con los que le permitieron hablar y después con los de Sébaco, en grupos de seis y mientras pedía un acto humanitario de que los liberaran, comentó que recibió una llamada de la Comisión de Verificación y Seguridad del Diálogo Nacional donde le informaban que fuentes gubernamentales le informaban que los 23 estaban con procesos judiciales abiertos, “por eso es que cuando salí, cuando salí de las oficinas cárceles que hay allí en el Chipote, les dije claramente que los que un día estuvieron allí, que los que han estado allí saben lo que significa, el sol no lo podemos tapar con un dedo ni la luna de noche”.
“¿Y pregunto esto es de un estado democrático? ¿Esto es de un Estado libre y soberano? ¿Esto es de alguien que quiere la paz, la reconciliación, la unidad?”, preguntó Álvarez, tras cuestionar que a los cinco jóvenes de Matagalpa hayan sido trasladados a La Modelo, cuando “yo no soy técnico pero entiendo que a La Modelo se trasladan únicamente a los que ya son sentenciados, díganme ¿si esto no es un arbitrariedad? Se ensañan en las pobres madres, en los chavalos”.
“¿Y quién detiene a los que andan rafagueando en camionetas, en Yaris, en vehículos? ¿quién responde por los que están en coma? ¿por los heridos?”, cuestionó el obispo de Matagalpa, al tiempo que les recordó que los sacerdotes donde han mediado les han entregado a los paramilitares o policías que han sido retenidos los manifestantes en los tranques.