En la presente semana la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), otorgó medidas cautelares a favor de Aníbal Toruño, director de Radio Darío, en León, y ocho miembros del personal de esa emisora por considerar que los derechos se encuentran en una situación de gravedad y urgencia.
“El Estado debe por tanto asegurar que sus agentes respeten la vida e integridad personal de las personas beneficiarias de conformidad con los estándares establecidos por el derecho internacional de los derechos humanos, como proteger sus derechos en relación con actos de riesgo que sean atribuibles a terceros”, señala la resolución de la CIDH.
Igualmente le señala al Estado que adopte las medidas necesarias para que los beneficiarios puedan desarrollar sus labores como periodistas sin ser objeto de actos de intimidación, amenazas u otros hechos de violencia en el ejercicio de las mismas e incluye medidas de protección a las instalaciones de la radio. Estas medidas deberán ser concertadas con los beneficiarios y sus representante. Y pide al Gobierno les informe sobre las acciones adoptadas a fin de investigar los presuntos hechos que dieron lugar a la adopción de la presente medida cautelar.
Además de Toruño la CIDH otorgó medidas de protección para Victor Xavier Morales Toruño, asistente de Mercadeo, Anibal Enrique Alonso Toruño, gerente de Mercado; Audberto Jose Gallo Solís, responsable de Redes y Sistema); Eduardo Patricio Amaya, controlista, el periodista Henry Blanco, el controlista Eladio Canales, Elmer Cano, conductor y Leo Cárcamo jefe de Departamento.
“Seguimos trabajando en la protección de los periodistas en riesgo en Nicaragua. La CIDH otorgó medidas cautelares para Anibal Toruño, director de Radio Darío y su equipo periodístico. La radio había sido incendiada por turbas al inicio de las protestas y las amenazas continúan”, destaca el relator especial para la Libertad de Expresión por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza a través de su cuenta de su cuenta de twitter, al referirse a las medidas cautelares otorgadas a Toruño y su equipo.
La CIDH dice que estas persona estarían siendo objeto de amenazas, hostigamientos y hechos de violencia.
Y es que pese a la quema de la emisora, el 14 de junio pasado un grupo de pobladores de León detuvieron a unas personas que estaban filmando barricadas con las cámaras de sus teléfonos celulares y al examinarle el teléfono celular que portaba uno de ellos habría conocido de una conversación de WhatsApp de la intensión de asesinato contra Toruño.
Según las capturas de pantalla, en la conversación mencionaban a Toruño como de “hacer un plan (…) para acabar con ese hp …”. A esto se agrega que el 19 de junio, un grupo armado golpeó fuertemente la puerta de la casa donde estaba la esposa de Toruño y su hijo del mismo nombre, quienes lograron salir de la casa por la parte de atrás y entraron a la casa de un vecino, quien les ayudó a esconderse. Toruño cree que el grupo pretendía secuestrar a su hijo, para obligarle a cesar sus actividades en la Radio Darío. Ambos se vieron obligados a abandonar el país.
Antecedentes al incendio
Entre el 18 y 20 de abril de 2018, al teléfono de la Radio Darío cayeron dos mensajes de texto y otros a través de WhatsApp de números desconocidos, en el que advertían que si la emisora no paraba con sus críticas al gobierno, sería destruida. Igual en el transcurso de la programación el personal de la emisora recibió llamadas telefónicas de tres personas amenazando con destruir la radio.
“Una de estas personas dijo al aire que iba a ‘fregar’ a los empleadores de la Radio” y el 19 y el 20 de abril el director de la emisora Aníbal Toruño recibió llamadas de advertencias de que se estaría planificando un posible ataque contra la radio. En la segunda ocasión la persona le dijo: “te puedo asegurar que el atentado está marcha”. Toruño y su equipo decidieron quedarse para seguir transmitiendo la programación de la Radio, esto parece en la resolución de la CIDH.
En la misma aparece el relato sobre lo que ocurrió el 20 de abril, en León, cuando una docena de hombres encapuchados trasladados en dos camionetas, ocho de ellos portando fusiles AK-47 rodearon las instalaciones y los otros cuatros ingresaron amenazando, uno de ellos apuntó con un AK-47 en la cabeza del guardia de seguridad. Luego rociaron de gasolina el edificio, y prendieron fuego que produjo una explosión fuerte dejando en llamas la cabina y humo, cayéndose el techo. Aunque el personal llamó a la Policía y a los bomberos “presuntamente se encontrarían apagando otros incendios”. Los daños fueron superiores a los 350 mil dólares.
El equipo de Radio Darío logró salir no así el guardia de seguridad que sufrió quemaduras en ambos brazos, el cuello, la cara y los pies. Dos de los encapuchadas fallecieron posteriormente en el hospital alcanzados por el fuego. Dos días después dos hombres ingresaron al hospital en busca del guardia de seguridad.