Inglaterra le hizo un guiño a Suecia. Regresó con su último partido a un escalón más cerca de las alturas. Había mil excusas para no creer, su falta de pegada, su escasez de consistencia y un grupo muy joven hacían dudar constantemente durante todo el proceso para Rusia 2018. Todavía en el arranque del Mundial con su victoria sufrida 2-1 sobre Túnez y la pobre actuación ante Colombia parecía ser un equipo con los neumáticos parchados. No obstante, con todo y la locura en los resultados de este torneo se ven mejores que los croatas.
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Los inventores del futbol ganaron 2-0. Si bien abrieron las redes tras una jugada a balón parado (ocho de sus 11 goles han sido de esa forma) también pudieron definir en pases bien estructurados y contragolpes letales. Sobre todo esta Inglaterra gustó porque partió a un equipo que solamente permitía dos goles en toda la Copa, ambos habían sido contra Alemania. Sin embargo, se vieron superados claramente por la ofensiva inglesa, para ser más exactos la velocidad como factor desequilibrante.
Kake sin incidencia
De Inglaterra gustó que a pesar de la ausencia de Kane, el hombre más incidente en el equipo, Dele Alli, Sterling, Lingard, Henderson, Maguire y Pickford en la cabaña, hicieron funcionar el conjunto. Tan así fue que antes de finalizar el primer tiempo Sterling tuvo un pase de Henderson para liquidar temprano el desafío, pero falló en el cierre contra Olsen.
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Suecia reaccionó en el inicio de la segunda parte con Marcus Berg cabeceando hacia los tres palos de Pickford, pero el salvador inglés estaba bien posicionado y actuó a tiempo para evitar el empate. Fue una situación muy similar a la de Hugo Lloris con Francia ante Uruguay. Sin embargo, esta vez Inglaterra no se durmió como frente a Colombia, siempre supo implantar el dominio.
El segundo gol cayó luego de un pase bien dirigido de Lingard a Alli. Suecia trató de arriesgar demasiado tarde, Inglaterra fuerte atrás y en medio de algunos flaqueos Pickford enmendaba los errores. Un 2-0 que invita a creer en Inglaterra sobre Croacia, pero para tocar completamente las alturas deberán emular lo de hace 52 años, cuando jugando en casa se consagraron campeones.