Hoy, 7 de julio, es el día de la beata sor María Romero, nicaragüense, quien descubrió a Cristo en el rostro de los pobres. Vivió en Costa Rica en obediencia con su superiora, donde llevó a cabo su mayor obra, dedicándose a ayudar a los más desprotegidos, tanto espiritual como económicamente.
Sor María, desde niña, acogió en su corazón a Jesús y María y se dejó guiar por ellos a lo largo de su vida; meditó asiduamente Su Palabra y el amor de Jesús en la eucaristía y la valoró como la maravilla y el regalo más grande de Dios. Pidamos que nuestros niños y jóvenes abran su corazón al amor de Jesús y su madre.
Trabajó durante muchos años hasta que la madre superiora autorizó mandarla a descansar a Nicaragua, quedándose en una casita familiar de reposo en Las Peñitas, León. Iba a misa todas las tardes a la ciudad de León, pero un 7 de julio, de 1977, su hermana, al ir a llamarla hasta su habitación, la encontró muerta en el piso.
Quisiera compartir una de las tantas anécdotas de sor María: cuando iba a recibir sus votos religiosos pidió a la Virgen que en la gruta del colegio María Auxiliadora, en Granada, creciera un lirio como señal de que ella sería una buena religiosa. Al salir de la misa fue a comprobarlo y con gran asombro encontró que todos los lirios habían florecido.
Queridos nicaragüenses, les pido que en sus oraciones diarias roguemos a María Auxiliadora y Jesús Sacramentado, como lo hacía nuestra querida beata, por la paz en nuestro país para que cesen la violencia y la muerte.
No debemos cansarnos de imitar a sor María para que el Señor Jesús nos bendiga y nos dé la paz que anhelamos todos los nicaragüenses.
Quedan todos invitados a su celebración en la ciudad de Granada, el sábado 7 de julio, en la Capilla María Auxiliadora, a las 4:00 p.m., y a continuación la solemne procesión hacia su casita natal.