La vicepresidenta designada por el poder electoral, Rosario Murillo, justificó este lunes la represión contra tres municipios de Carazo, realizada el fin de semana por paramilitares, policías y tropas de choque del gobierno, que quitaron barricadas de barricadas las vías, levantadas por pobladores que cuestionan al gobierno.
“En el caso de Diriamba, Jinotepe (ambos municipios de Carazo), después de casi 40 días de cautiverio, porque fue cautiverio el que vivieron las familias, el que vivieron más de 400 transportistas internacionales en ese municipio en el departamento de Carazo, que han venido siendo liberados gracias a Dios”, sostuvo Murillo.
Según informes preliminares de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), durante el ataque de paramilitares murieron nueve personas el domingo, y al menos 200 personas habrían sido secuestradas, listas en mano levantadas por los Consejos del Poder Ciudadano, los órganos de control en los barrios del gobierno.
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La intervención de Murillo en los medios oficialistas de este lunes era esperada. Una hora antes, en directo, los ciudadanos pudieron ver a encapuchados, simpatizantes del gobierno, agrediendo a los Obispos que llegaron en la mañana a rescatar a nueve personas que se encontrabas sitiadas por esos grupos progobierno en la Basílica de San Sebastián en Diriamba, Carazo.
Ignorando lo ocurrido, Murillo agradeció al Nuncio Apostólico Waldemar Stanilaw Sommertag, por sus buenas intenciones y se calló sobre los ataques contra Monseñor Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua, quien resultó con uno de sus antebrazos heridos; Monseñor Miguel Mántica, y el Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes.
La Iglesia Católica funge como mediadora y testigo del Diálogo Nacional entre el gobierno y la sociedad civil. Esta última reclama justicia y democracia a Ortega tras 83 días de protestas pacíficas de ciudadanos, las cuales han sido brutalmente reprimidas por el gobierno, valiéndose de paramilitares y policías.
Desde el 19 de abril pasado, han sido asesinados más de 309 según organismos de derechos humanos. La agresión de este lunes no sólo fue a religiosos, también los objetivos fueron los periodistas de medios de comunicación independientes, a quienes golpearon o robaron sus equipos.
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Murillo sostuvo que tienen la misión como gobierno de desterrar el odio y defendió el derecho que “todos tenemos de pronunciarnos y a dar testimonio cristiano de nuestro sufrimiento, promoviendo que vayamos transitando estos tiempos de oscuridad”.
“Esa visita a Diriamba del Nuncio, del secretario, es una visita por supuesto que se reconoce en toda Nicaragua. Por supuesto que su buena intención y su buena voluntad son reconocidas por las familias nicaragüenses y por todos nosotros. Sabemos que tiene toda la buena voluntad y toda la intención de contribuir al reencuentro de las familias en nuestra Nicaragua”, dijo Murillo como si nunca hubiese existido la agresión a los miembros de la Iglesia Católica.
El Obispo Báez, en su cuenta de Twitter, narró cómo fue víctima de la violencia esta mañana.
Asediado por una turba enardecida que quería ingresar a la Basílica San Sebastián en Diriamba, fui herido, golpeado en el estómago, me arrebataron las insignias episcopales y agredido verbalmente. Estoy bien gracias a Dios. Se liberó la basílica y a quienes allí estaban. pic.twitter.com/9qTgugBjic
— Silvio José Báez (@silviojbaez) 9 de julio de 2018
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En las redes también circularon fotografías de Monseñor Mántica agredido.
La primera dama prefirió enfocarse en que, como autoridades, harán el acto de conmemoración del repliegue. No especificó fecha. Se trata de un recorrido de Managua a Masaya, que se realiza cada año recordando aquel viaje que hicieron pobladores de Managua y combatientes sandinistas, cuando intentaban escapar del ataque terrestre y aéreo de la Guardia somocista, el 27 de junio de 1979.
El 19 de julio, el dictador Anastasio Somoza Debayle sería derrocado.
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Ortega no ha podido ahora hacer el tradicional recorrido. La población de los municipios de Masaya lo rechaza, porque han sufrido el asedio y la represión de la Policía y los paramilitares.