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De Jerez a Zelaya

Referirse a momentos históricos relevantes del liberalismo, no necesariamente como agrupación o partido político, sino como corriente universal, es imprescindible encontrarse con las figuras de Máximo Jerez y José Santos Zelaya; de ellos decía don Félix Medina (1857-1943): “En la historia de Nicaragua Jerez fue idea, Zelaya la acción; Jerez el apóstol, Zelaya el reformador…”. Jerez forjó una verdadera escuela liberal, ideólogo por naturaleza, amante de la instrucción pública, sobre todo la primaria; Jerez en su espíritu de gran promotor de la enseñanza, fue maestro, lo que le permitió un contacto directo con la problemática del área educativa de aquellos años y también le dio las ideas necesarias para plantear los mecanismos de reformas de los planes de estudios y la forma de ejecutar estas reformas; además creía firmemente que los pueblos debían acceder a la buena administración de la enseñanza para así poder administrar la democracia; su anhelo estaba también comprometido con el progreso material sobre todo en vías de comunicación internas y ferroviarias, para impulsar el desarrollo y en todo momento propugnaba por la unidad centroamericana. Sus ideas no plasmaron a plenitud, por no haber accedido al poder público, dadas las circunstancias de la época, exceptuando los afineros meses que formó junto al general Tomás Martínez, el gobierno binario (libero-conservador) conocido como chachagua, acción que disminuyó enormemente la situación de violencia en el país y dio pie a una institucionalización más fortalecida.

La revolución liberal del 11 de julio de 1893 fue el verdadero eslabón entre dos grandes momentos históricos: primero el periodo posterior a nuestra independencia, pasando por los 35 años de gobiernos conservadores (1858-1893), que si es verdad contribuyeron a mejorar la educación pública la infraestructura, la libertad de prensa, la honestidad, etc., sin embargo no lograron extraer al país de un semiprovincionalismo ni abrieron campo a la población a una verdadera participación en la vida pública. Otro momento lo representan las conquistas de la revolución liderada por el general Zelaya, que propició una amplia apertura popular, abriendo las puertas a una transformación y modernización del Estado, con carácter de contemporaneidad; las ideas vitalizadoras de Jerez, en los diferentes aspectos ya antes referidos, Zelaya las puso en marcha con creces, logrando además forjar un sistema jurídico, relevante y necesario, que fue modelo en esos tiempos. El general Zelaya era profundo pensador liberal, y logró formar bajo esos principios a sus colaboradores cercanos y otros sectores de la población que se convirtieron en verdaderos apóstoles difusores del ideario liberal.

A Zelaya le correspondió dar el salto hacia un país digno, pujante, de avanzada, siendo oportuna y fructífera su administración que abarcó las postrimerías del siglo XIX e inicio del siglo XX.

El autor es magistrado de la Corte Suprema de Justicia

Opinión José Santos Zelaya Liberalismo Máximo Jerez archivo
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