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Guerra contra lucha pacífica

La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo está en guerra —y esto no es una figura metafórica— contra un pueblo que ha apelado a la lucha pacífica para demandar justicia, libertad, democracia y respeto a los derechos humanos. Una guerra en la que la diabólica dictadura orteguista ha asesinado ya a más de 350 nicaragüenses.

La lucha pacífica se libra de distintas maneras, entre otras las marchas multitudinarias como las de ayer en Managua y otras ciudades, que con el lema “juntos somos un volcán” fueron convocadas por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, la que participa en el Diálogo Nacional tratando de lograr un acuerdo para abrir el camino de la democratización mediante el adelanto de las elecciones.

También son parte de la lucha pacífica los paros nacionales y las caravanas. Hoy precisamente se realiza el segundo paro nacional convocado por la Alianza Cívica y mañana una caravana azul y blanco en Managua.

Del mismo modo son una forma de lucha pacífica los tranques en ciudades y carreteras, en los que los ciudadanos autoconvocados solo usan piedras y morteros para defenderse de los ataques de las fuerzas represivas de la dictadura, que utilizan poderosas y mortíferas armas de guerra contra el pueblo desarmado.

Hay quienes opinan que no se puede hablar de lucha pacífica cuando mueren tantas personas. Pero lo que define y da sentido a la lucha pacífica no es la ausencia de represión y de víctimas mortales, sino el hecho de que los ciudadanos no respaldan sus demandas con la violencia armada.

Se trata de una lucha de valientes desarmados contra cobardes armados. De allí que el coraje y el heroísmo de los ciudadanos caídos en la lucha pacífica, sean mucho más meritorios que los de los combatientes revolucionarios que se enfrentan con armas en mano al Ejército y la Policía del régimen al que pretenden derrocar.

La lucha pacífica en diversas modalidades, se ha practicado en muchas partes del mundo desde la época de la antigua Roma esclavista. En muchas ocasiones los pueblos que recurrieron a la lucha pacífica fueron aplastados con extrema crueldad por los opresores, pero en tantas otras lograron triunfar.

En este sentido cabe mencionar como ejemplos victoriosos de lucha pacífica, la que se libró contra el yugo colonial inglés y por la independencia nacional de la India, encabezada por Mahatma Gandhi; la campaña contra la discriminación racial y por los derechos civiles de los afroamericanos, liderada por Martin Luther King en los Estados Unidos (EE.UU.); la lucha del movimiento sindical y social Solidaridad encabezado por Lech Walesa, contra la dictadura comunista de Polonia; y la que condujo Nelson Mandela contra el régimen del Apartheid en África del Sur. Estos han sido solo algunos de los casos más relevantes de lucha pacífica victoriosa de los pueblos, en los últimos tiempos.

A esos casos ejemplares de lucha pacífica triunfante, esperamos se sume muy pronto la del pueblo de Nicaragua que está dando una gran lección de valor cívico y heroísmo, al enfrentar desarmado a la guerra genocida desatada por la dictadura de Ortega y Murillo.

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