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El futbolista participaba de las protestas en contra del gobierno. LA PRENSA/Tomada de Twitter

Jugador secuestrado del Diriangén aparece con múltiple golpes

Donald Zavala, quien apoyaba los tranques en Jinotepe, Carazo, había sido secuestrado el pasado viernes entre las 4:30 y 5:00 p.m. y desde entonces no se sabía nada de su paradero

Donald Zavala, el futbolista del Diriangén secuestrado desde el pasado viernes, apareció este martes con múltiples golpes. El volante del equipo diriambino, quien apoyaba los tranques en Jinotepe, Carazo, había sido secuestrado el pasado viernes entre las 4:30 y 5:00 p.m. y desde entonces no se sabía nada de su paradero.

“Me golpearon mucho, me hicieron preguntas, pero acá estoy con vida gracias a Dios”, explicó Zavala a través de Twitter. El jugador de 19 años, quien es estudiante de periodismo, afirmó que no recuerda dónde apareció, ya que estaba inconsciente y cuando abrió los ojos ya estaba con su familia. “Papá Dios me dijo que siguiera luchando! Gracias a todos por ayudar a mi familia. ¡Dios les bendiga!”, fue su primera publicación en redes sociales una vez liberado.

Zavala, quien juega de volante en el equipo sub-21 del Diriangén, señaló que por su seguridad y la de su familia no cree seguir apoyando físicamente, pero que su corazón siempre respaldará cada marcha y actividad que se haga en favor de la libertad de los nicaragüenses.

¿Cómo fue?

Donald Zavala explicó que el día del ataque a Carazo, el viernes 13 de julio, en Jinotepe estuvo escondido en una casa de seguridad e incomunicado porque el celular de su empresa telefónica quedó sin señal.

“Me dirigía a una casa para esconderme y me agarraron. Ahí me golpearon y me vendaron los ojos. De ahí no supe nada más. Creo que me montaron en una camioneta y no sé dónde me llevaron. Sí escuchaba que tenían a más personas capturadas. Lo que viví ese día fue una pesadilla, pensé que iban a matarme”.

“Al pasar el tiempo no hicieron nada más que golpearme Siempre me mantuve orando. Dios nunca me dejó, siempre estuvo a mi lado. Luego me preguntaron a qué me dedicaba y yo dije que era estudiante de periodismo y futbolista. De ahí no preguntaron nada más. No comí nada, solo agua me dieron. Luego a los días escuché decir: al futbolista. Alguien me agarró y me tiraron al piso. Eso fue lo último que me acuerdo hasta mi liberación”, contó Zavala.

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