Según el secretario privado del presidente designado por el Poder Electoral, Daniel Ortega, Paúl Oquist, la protesta ciudadana en Nicaragua, que ha pedido la salida del poder de la pareja presidencial, desde el pasado 19 de abril, fue una acción golpista que de acuerdo al funcionario orteguista “ya está derrotado”.
“La buena noticia para Nicaragua es que el golpismo ha fracasado; o sea que el intento de llevar a cabo un intento de golpe de Estado en Nicaragua, ya está derrotado. Y esa es buena noticia porque lo que deja ya es un diálogo, porque los golpistas no quisieron el diálogo”, aseguró Oquist en Bruselas, a una agencia extranjera.
La represión gubernamental en Nicaragua contra la protesta ha dejado casi 400 personas asesinadas en la que el gobierno ha aplastado las manifestaciones pacíficas de la sociedad civil, usando a su policía y paramilitares, quienes han usado armas de guerra para sofocar y asesinar a los ciudadanos.
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El uso de la fuerza y la brutalidad del régimen Ortega-Murillo ha sido documentada por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), quienes han dejado constancia de las formas brutales con las que han actuado las fuerzas de seguridad de Ortega contra la población desarmada.
Además, el gobierno ha centrado su discurso sobre la crisis sociopolítica de que es el terrorismo, refiriéndose a la protesta ciudadana que trata de derrocarlo, discurso que el canciller de Nicaragua, Denis Moncada ha llevado hasta el Consejo Permanente de la OEA, una táctica política y diplomática que hasta hoy ha sido rechazada por la comunidad internacional.
Incluso, el gobierno de Ortega ha dicho que la ruta propuesta por los obispos mediadores del diálogo nacional de adelantar elecciones es el camino a un golpe de Estado.
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