Baños muy largos provocan que las yemas de los dedos se pongan como pasas. Al arrugarse, los dedos “actúan como bandas de rodamiento canalizando el agua fuera de los dedos de manos y pies cuando se mojan, permitiendo así mantener la capacidad de agarre a distintas superficies”, explica Román Barabash Neila, dermatólogo citado por el sitio Buena Vida de diario El País.
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Y cuanto más caliente el agua, más rápido aparecen las arrugas, señala el sitio.