Se cumplen hoy cien días de la insurrección no armada del pueblo nicaragüense contra la dictadura y también de la represión sangrienta de Daniel Ortega para mantenerse en el poder al precio que sea.
En la estrategia de terror e intimidación para reprimir la lucha de los estudiantes, campesinos y ciudadanos en general por el cambio democrático, la dictadura no ha dejado fuera al periodismo y los periodistas independientes.
De hecho los periodistas y los medios fueron de los primeros en sufrir la represión policial y de las turbas oficialistas. El mismo día que comenzaron las protestas y la brutal represión, el 18 de abril, varios periodistas fueron golpeados y a algunos les robaron sus equipos de trabajo y pertenencias personales. Al menos cuatro canales de televisión fueron sacados del aire para que no informaran lo que estaba ocurriendo.
Dos días después, el 20 de abril, en la ciudad de León las turbas orteguistas quemaron las instalaciones de Radio Darío. Su propietario, Aníbal Toruño, identificó entre los incendiarios a un diputado del partido de gobierno y denunció que la intención de los criminales era quemar vivas a las nueve personas que se encontraban dentro del edificio, las que afortunadamente pudieron escapar y salvar sus vidas.
El 21 de abril, al tercer día de las protestas y de la desmesurada represión desatada por la dictadura, fue asesinado en Bluefields el periodista Ángel Gahona, mientras transmitía en vivo para su canal informativo, El Meridiano.
Varias veces las instalaciones de 100% Noticias han sido atacadas por manifestantes oficialistas. Según informa LA PRENSA, esta semana las paredes de la casa que ocupa Radio Stereo Romance, de Jinotepe, han sido manchadas con frases intimidatorias y sus trabajadores denuncian que reciben amenazas por medio de las redes sociales. El jefe de prensa de Canal 10 de Televisión, Mauricio Madrigal, es víctima de una campaña de descrédito desde medios de comunicación de la familia gobernante, por las informaciones independientes que transmiten sobre los sucesos políticos y sociales del país.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha incluido en sus informes sobre la situación de Nicaragua, las agresiones contra el periodismo independiente que califica como graves violaciones a los derechos humanos. La CIDH ha constatado que desde el comienzo de la represión, los medios de comunicación independientes han sufrido censura directa e indirecta, “tanto por la interferencia de agentes del Estado, como por la violencia ejercida por parte de terceros particulares”.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y otras organizaciones internacionales de periodistas y defensoras de los derechos humanos, condenan los abusos del régimen de Ortega contra los medios y los periodistas independientes. Defienden el derecho de los nicaragüenses a ser informados de manera independiente y veraz. Nosotros agradecemos esas valiosas demostraciones de solidaridad.