14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Así se encontraba el cuerpo del policía en Masaya antes que fuera quemado por encapuchados. El video fue difundido por los medios del Gobierno. LA PRENSA/ TOMADA DE INTERNET

Así se encontraba el cuerpo del policía en Masaya antes que fuera quemado por encapuchados. El video fue difundido por los medios del Gobierno. LA PRENSA/ TOMADA DE INTERNET

Policía estaba vivo cuando paramilitares ingresaron a Masaya, aseguran estudiantes de medicina

Testimonio contradice versión oficial sobre muerte de policía ocurrida durante la intervención de policías y paramilitares en Masaya el pasado 17 de julio

Cuando los paramilitares ingresaron a Masaya, el pasado 17 de julio el policía Kelvin Javier Rivera Lainez, estaba en estado delicado, había recibido nueve balazos, uno de los cuales le había impactado en la cabeza.

Médicos y estudiantes de medicina que hacían voluntariado en un improvisado puesto médico en Inatec, Masaya, le habían sacado las nueve balas y debido a ello estaba en condición de observación.

Ese día cuando fueron avisados del ingreso intempestivo de los paramilitares a esa ciudad, también les advirtieron que debían evacuar el puesto médico, pero debido a la condición crítica en que permanecía el herido se vieron imposibilitado de llevarlo consigo. Ese día solo pudieron llevar consigo a uno que había recibido un balazo en una de las piernas.

Lea además: Un muerto y al menos cinco heridos en Masaya tras ataque de la Policía

El herido quedó en el puesto médico, pero con vida. Después fue que conocieron que el herido a quien habían atendido era policía. El testimonio fue brindado por un enfermero y estudiante de medicina, de 24 años y una estudiante de enfermería, de 27 años, en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).

En camionetas Hilux los paramilitares recorren la ciudad de Masaya. LA PRENSA/ AFP
En camionetas Hilux los paramilitares recorren la ciudad de Masaya. LA PRENSA/ AFP

“Nos llegó una persona con nueve impactos de bala, en sus piernas y en la cabeza, logramos estabilizarlo, a nosotros solo nos lo llevaron al puesto donde estaba en Inatec, había perdido bastante sangre, hicimos una intervención quirúrgica como de cinco horas, logramos sacarle las balas”, relató el estudiante de medicina.

“Nos dolió mucho porque nosotros atendemos de manera neutral, a los médicos en hospitales públicos se les ha olvidado su derecho. Lamentablemente después como a las horas nos dimos cuenta que lo habían matado y lo habían quemado las turbas. Luego hicieron un video”, comentó el joven de 24 años.

“Nos llama la atención que los mismos paramilitares lo mataron a él era policía, lo quemaron, nos llama la atención que estaban diciendo que lo torturaron, pero no, es mentira nosotros a él lo operamos (… ) estaba hasta canalizado cuando nosotros lo dejamos”, insistió el joven.

El caso del policía asesinado fue atribuido en su momento por la Policía a los manifestantes . “Estos terroristas armados asesinaron vilmente a nuestro hermano policía Kelvin Javier Rivera Lainez”, señaló la Policía en una nota de prensa emitida el mismo 17 de julio y el caso ha sido utilizado como bandera de parte del Gobierno en contra de los manifestantes autoconvocados para llamarlos terroristas.

Lo que se dijo en ese momento fue que la ola de violencia inició alrededor de las 6:00 a.m, de ese 17 de julio, que grupos de encapuchados empezaron a sitiar la ciudad de Masaya desde diferentes puntos: los tanques de Mebasa, el camino viejo a Niquinohomo y la calle real de Monimbó, donde los atrincherados resistieron detrás de sus barricadas.

Siete horas ocultos

Los dos estudiantes de medicina y enfermería habían asistido a los heridos mientras los universitarios estuvieron atrincherados en la Universidad Politécnica (Upoli), en el Empalme de Lóvago y luego en Monimbó.

Ese día relatan que lograron sobrevivir porque una señora les dio asilo. Estuvieron ocultos desde como a eso de las 9:00 a.m, hasta como a las 4:00 pm, al igual que ellos lo hicieron otros muchachos, mientras los paramilitares abrían las puertas al azar.

Uno de esos sitios fue la casa donde los autoconvocados ocupaban “como cuartel” , allí se alimentaban y descansaban. Los paramilitares rompieron el candados y abrieron fuego. “Gracias a Dios” no abrieron donde ellos estaban.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí