La intimidación policial en Managua no evitó la realización del plantón ciudadano en ocasión de los cien días que cumplieron este jueves las protestas civiles contra el gobierno de Daniel Ortega, las cuales han sido brutalmente reprimidas por la Policía y paramilitares, lo que ha dejado un saldo de más de 440 muertos, según la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos (ANPDH).
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Jeancarlo López, quien participó en el platón como miembro de la Coalición Universitaria, reconoció que la asistencia de la ciudadanía no fue tan numerosa como en anteriores marchas, pero valoró que si se tiene en cuenta el riesgo mortal que implica participar en las protestas, es un éxito que los manifestantes siguen saliendo a las calles. “Aunque seamos pocos tenemos derecho a manifestarnos”, dijo López.
El lugar donde inicialmente se iba llevar a cabo el plantón era el paso desnivel de Rubenia, a la 1:00 p.m., pero a medida que se acercaba la hora, decenas de policías, algunos de ellos ocultando su rostro con capuchas negras, fueron desplegados en ese sector, además de camionetas de la Policía patrullando el lugar.
Antes de mediodía, la articulación de organizaciones que convocó el plantón canceló la cita en ese lugar y anunciaron a última hora que se haría en el paso desnivel de la colonia Centroamérica.
Los manifestantes que acudieron a la cita se colocaron bajo el puente desnivel del sector de la colonia Centroamérica, donde se ubicó una tarima improvisada en la parte trasera de un camión.
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El plantón se convirtió en un acto cultural y artístico, como fue planificado. En el lugar se reunieron varias bandas musicales, raperos, guitarristas, cantantes que dedicaron su música a la causa por la justicia, por los estudiantes, por los detenidos, por las madres enlutadas y contra el régimen de Ortega. También hubo un baile folclórico de una madre con su hija; un joven músico, de larga cabellera suelta, ejecutó el Himno Nacional de Nicaragua con su guitarra eléctrica; también fueron leídos algunos poemas a Nicaragua.
Las paredes del paso desnivel fueron pintadas con el Azul y Blanco de la bandera de Nicaragua, hicieron dibujos de la flor de de Sacuanjoche, el nombre de Álvaro Conrado: “me duele respirar” y otras alusiones a Nicaragua y a la lucha contra Ortega.
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Álvaro Conrado fue el primer adolescente asesinado por la represión policial, al inicio de las protestas en abril. Los médicos aseguran que se pudo salvar, pero el hospital donde fue llevado le negó la atención médica, porque tenían orden de no atender a los manifestantes.
Un adolescente se sentó a dibujar el rostro de Álvaro en medio del plantón. Cuando terminó su dibujo, se subió a la tarima a presentarlo y dijo que prefería salir con miedo de su casa, para participar en las protestas, “que ser un cobarde que desde una oficina da órdenes de matar al pueblo”.
Viajes para denunciar masacre
Azahalea Solís, participante del Diálogo Nacional y miembro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (que aglutina a las organizaciones de la sociedad civil que se oponen al régimen de Ortega), dijo que tienen previsto una serie de viajes para denunciar la masacre de jóvenes en Nicaragua. Uno será al Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef).
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Consuela Molina, una señora que llegó con sus hijas y nietos, dijo que la Policía no los intimidan y saldrán a las calles las veces que quiera, porque el pueblo la acompaña, mientras que “Daniel Ortega está solo”.
De manera paralela se llevaron a cabo plantones en Chinandega, Granada, Chontales y Bluefields. La próxima marcha es mañana, en solidaridad con los sacerdotes.