Aunque septiembre y octubre son los meses más lluviosos de la temporada, podrían verse afectados con la reducción de precipitaciones, como efecto de la transición hacia El Niño.
Abdel García, oficial de cambio climático del Centro Humboldt, explicó que el comportamiento de las lluvias en los primeros tres meses de la temporada estuvo cerca de las normas históricas en determinados territorios, siendo el mes de junio el más copioso.
Por otra parte, las ondas tropicales que han transitado por el país no han descargado la cantidad de precipitaciones que se tenía previsto, probablemente por la incidencia del fenómeno meteorológico de El Niño, indicó García. A la vez, aseguró que están vigilando el comportamiento de la canícula, ya que en algunas zonas del occidente entró antes del 15 de julio.
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Asimismo, el especialista refirió que se prevé una reducción en el número de ciclones tropicales que se podrían formar en el Océano Atlántico, lo que no necesariamente significa que Nicaragua está exenta de ser afectada por algún fenómeno. En el 2017 hubo inundaciones y daños considerables por el paso de tormentas tropicales; este año, se prevé que la furia de la naturaleza no sea similar.
Es importante, según García, que tomando en consideración la crisis sociopolítica que enfrenta el país, y a la cual todavía no hay una salida concreta, que desde las instancias de Gobierno responsables de la gestión de riesgo se mantenga un monitoreo sobre la realidad que se vive.
Desde su perspectiva, si se cumplen la predicción de reducción de lluvias, las afectaciones se empezarían a sentir el próximo año, desde el primer trimestre.
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