14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Jesús Miguel Blandón (Chuno Blandón), además de ser periodista y escritor, ha dejado sus huellas como actor y dramaturgo. LA PRENSA/Archivo/Roberto Fonseca

Chuno Blandón y su teatro subversivo antisomocista, desconocido y olvidado

A 57 años de su inicio como actor recordamos a este gran rebelde y apasionado del teatro nica, de su quehacer teatral, así su obra dramática de humor, sátira, escarnio y trama paródica

Aunque el escritor y periodista Chuno Blandón es considerado por críticos, historiadores e intelectuales nicaragüenses como el gran biógrafo de Carlos Fonseca Amador, sigue siendo desconocido como actor y dramaturgo por las nuevas generaciones y olvidado por los nuevos círculos del teatro nacional.

A 57 años de su inicio como actor recordamos a este gran rebelde y apasionado del teatro nica, de su quehacer teatral, así su obra dramática de humor, sátira, escarnio y trama paródica.

Lea: Descubra las cartas de guerrilla del comandante en jefe de la revolución sandinista

Sobre todo porque supo manejar la creación teatral como arma política e instrumento ideológico, y le sacó el jugo a la esencia subversiva del teatro.

Blandón es una figura representativa de la llamada Generación del 59, grupo que sobrevivió esta convulsa época, y que recuerda la masacre estudiantil del 23 de julio de 1959, que realizó el somocismo en León.

Jesús de Miguel Blandón (Chuno Blandón), en sus años de juventud. LA PRENSA/Cortesía

Radioteatro en escena

Su faceta de dramaturgo la inicia como creador de farsas radiales con El tren de las seis, transmitido en Radio Circuito de León, y marcó su primera época (1963 a 1967). Luego continuó en Radio Centauro, en 1969, en Managua, con El venadito Informador y La barbería 007.

Puede también leer: Conozca la impresionante historia de Carlos Fonseca, el poeta guerrillero

Le siguió su programa humorístico El Fantasma de la Ópera y el histórico de Ocho Columnas en Radio Mundial. Después el polémico y atrevido El quita y pone, en Radio Futura, por lo cual fue dinamitada la emisora radial por el dictador.

Y en los años ochenta El tren de la seis regresa para una segunda época (de 1980 a 1985), recuerda el humorista de radioteatro.

LA PRENSA/Cortesía

El teatro como una expresión de rebeldía

Fue uno de los fundadores del teatro universitario en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León), y junto a la efervescencia de la autonomía universitaria miraba el teatro como una expresión de rebeldía, por eso siempre aceptó papeles que cuestionaran y criticaran la hipocresía social.

En 1961 debutó como actor en el Teatro Experimental Universitario con la obra La Importancia de ser ladrón, de Enrique Gustavino, dramaturgo argentino de obras ingeniosas y paródicas; y fue dirigido por el también argentino Ricardo Quintero.

Al siguiente año lo dirige el español Jaime Alberdi, uno de los mejores directores de teatro de vanguardia; y que en los ochenta nos presentara Yerma, pieza teatral del poeta Federico García Lorca, y que resultó una de las más hermosas puestas en escena que se recuerda.

Bajo su dirección Blandón trabaja en la obra Angelina o el Honor de un Brigadier, del autor español Enrique Jardiel Poncela, obra de una trama delirante, en una parodia contra el amor, controvertida y mordaz.

Junto con la actriz Evelyn Martínez actúan en la obra Distinto, del norteamericano Eugene O’Neill, del que Chuno Blandón recuerda fue un gran reto, porque se trataba de un autor de calidad excepcional en su dramaturgia, cuatro veces Premio Pulitzer y premio Nobel de Literatura 1936.

“Interpretar su personaje El capitán Caleb Willian, me era difícil porque son marginados de la sociedad, que terminan viviendo en la desesperación como una única condición humana”, recuerda Blandón.

Por igual tuvo un papel relevante en la pieza teatral La Puerta (1964), de Rolando Steiner, puesta en escena en 1972. E interpreta una obra que fue un verdadero reto como actor, en esta obra participó la actriz Evelyn Martínez.

Esta pieza fue publicada en 1966, representó a Nicaragua en el Festival de Teatro Nuevo durante las XIX Olimpiadas Mundiales en México; fue seleccionada a nivel antológico en el texto Teatro selecto contemporáneo hispanoamericano, publicado en España, en 1971. Y fue puesta en escena en México, en 1968.

Blandón también participó en la obra Por los caminos van los campesinos, dirigida por Manolo Villamil.

Obra contra la dictadura

Al igual que su narrativa, su teatro es histórico, pero sobre todo contra la dictadura somocista. El nacatamal de oro lo escribe en 1972 y publica en 1980.

Esta pieza es parte de lo que podemos llamar el teatro antisomocista, que inicia Alberto Ycaza con Asesinato frustrado, Adolfo Calero Orozco con Fechas en blanco, sigue Chuno Blandón con El nacatamal de oro y culmina Octavio Robleto con Que las paredes no oigan que finaliza con el fin de la dinastía.

La obra El nacatamal de oro, dirigida por Alfredo Valessi, ridiculiza de una forma directa la estructura somocista y viene a ser el resultado paródico de su famoso programa satírico político El tren de las seis.

Esta pieza de Chuno Blandón es la mejor farsa del teatro nicaragüense, ya que su trama conflictiva está basada situaciones en que los personajes se comportan de manera extravagante y extraña, donde por ejemplo el nacatamal juega un rol dramático e ideológico en la obra.

Somocismo y corrupción

El nacatamal de oro de Chuno Blandón es una obra que critica la corrupción política. El nacatamal es el medio político para las votaciones de la elección del alcalde que sueña llegar a ser diputado, el guardaespaldas que desea convertirse en un agente de la seguridad de Somoza, el cura y el comandante acomodados al sistema, es todo aquello como afirma en un comentario crítico el poeta José Coronel Urtecho: “Sintetiza extraordinariamente bien lo que él quiere decir, que es la corrupción política del régimen anterior, de los regímenes anteriores; pero reunidos en el régimen somocista”.

Esta farsa del teatro nicaragüense se presentó bajo la dirección de Alfredo Valessi en distintos lugares del país con un éxito aplastante, así como en Cuba y México. Una obra del escarnio, de la burla, donde somocismo se convierte en caricatura nacatamalera, en un esperpento histórico.

Chuno Blandón, con artistas de la obra El más querido. LA PRENSA/Cortesía

El más querido (1982) es otra de las celebradas piezas de Blandón que se presentó durante nueve noches en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío, y fue dirigida con maestría por Jaime Alberdi. Luego realizó con éxito otras presentaciones en el país.

*Crítico y dramaturgo.

Cultura Carlos Fonseca Amador Chuno Blandón teatro archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí