En la “traída” de Santo Domingo no se vieron figuras de la política nacional y la Policía no se integró a la multitud. La Iglesia acompañó la procesión rezando el rosario para resaltar el lado religioso de las fiestas.
Óscar Ruiz, el famoso Cacique Mayor de las fiestas de Minguito, acompañó la “traída” de la imagen, a pesar de que ha estado enfermo. Lo hizo abordo de una camioneta, de la que a ratos bajaba.
Los tradicionalistas y promensantes se pintan con aceite negro, para simular a los diablitos. Son personajes que dan colorido a la celebración año con año.
En la procesión nuevamente coincidieron los verdaderos devotos, como esta señora, y los que solo llegan a beber alcohol. Pero esta vez hubo más de lo primero que de lo segundo.
Una camioneta con parlantes acompañó la procesión desde las 6:00 de la mañana hasta que el santo llegó al barco. En ella se iba rezando los misterios, pues la Iglesia previamente repartió unos 15 mil rosarios.
En el Gancho de Caminos, del Mercado Oriental, hubo un conflicto porque una parte del gentío quería que los cargadores subieran a Minguito al barco, mientras que otra se negaba. Finalmente lo subieron.
Momentos tensos al llegar a la parroquia de Santo Domingo en Managua, cuando la multitud empezó a empujar para entrar a la iglesia junto con el santo.
Mercedes Sevilla, de 65 años, con el amigo que la acompaña todos los años a pagar su promesa a Santo Domingo de Guzmán. Va vestida mitad cacique, mitad diablita porque paga doble promesa. Una por ella y otra por su hija Guadalupe, quien falleció hace año y medio y poco antes de morir le encomendó que la cumpliera en su nombre.