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Obispos Silvio Báez, represión, Iglesia, protesta, Gobierno

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez. LA PRENSA/ROBERTO FONSECA

Daniel Ortega quiere fuera del Diálogo Nacional al obispo Silvio Báez

“Él es el más bueno para andar en eso. El día que estábamos inaugurando, instalando el diálogo, él era el que estaba lanzando ataques. Entonces no puede ser mediador”, dijo Ortega.

Después de 51 días desde la última sesión del Diálogo Nacional, este continúa estancado mientras el presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, en una entrevista con un complaciente periodista norteamericano descalificó el trabajo en particular de monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua.

Según Ortega, por las críticas que el religioso carmelita hace a su gestión en redes sociales, está incapacitado para ser mediador.

“Él es el más bueno para andar en eso. El día que estábamos inaugurando, instalando el diálogo, él era el que estaba lanzando ataques. Entonces no puede ser mediador”, dijo Ortega.

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El más reciente ataque a los obispos de parte de Ortega ocurrió durante la entrevista con el bloguero Max Blumenthal, un simpatizante de la izquierda internacional extremadamente complaciente con Ortega, realizada en Managua en julio pasado pero fue conocida hasta este lunes.

“Ha habido dos o tres obispos que han roto con su papel de mediadores porque el día que se instaló el diálogo uno de ellos, tomando la palabra inició dándole todo el respaldo a la oposición, ese obispo, en ese momento estaba restándole autoridad a la Conferencia Episcopal. Y ahí mismo otro obispo mandando mensajes por el celular tuiteando a favor de la oposición y contra el Gobierno. Y eran dos en ese momento que estaban dañando la credibilidad de la Conferencia Episcopal como instrumento de mediación. Y nadie les llama la atención a ellos y nadie les decía que no podía ser así, y yo diría que sufrió un desgaste la credibilidad de la Conferencia Episcopal por la actitud de algunos obispos”, aseveró Ortega.

El periodista no se interesó en indagar por qué Ortega, mientras duró el diálogo, en ningún momento detuvo la represión contra los manifestantes desarmados, sino por el contrario intensificó la violencia y los asesinatos mediante el uso de paramilitares equipados con armas de guerra.

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Los obispos son mediadores y testigos de las conversaciones entre el Ejecutivo y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

El Diálogo se inició el pasado 16 de mayo con la presencia del presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, los miembros de la Alianza Cívica y los obispos, en medio de protestas en distintas partes del país.

Para el constitucionalista y politólogo Gabriel Álvarez, el caudillo sandinista y su esposa Rosario Murillo no han tenido ningún interés político en el Diálogo Nacional para buscar solución a la crisis que vive Nicaragua.

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“Daniel Ortega desde el inicio no tomó con seriedad el Diálogo. Ni Ortega ni Murillo han tenido interés ni voluntad política en crear las condiciones para una salida negociada pacífica y constitucional que nos lleve a los nicaragüenses a la justicia y la democracia que nos conduzca a la paz”, refirió Álvarez.

Zancadillas al diálogo

La Alianza Cívica desde el comienzo de las conversaciones con el Gobierno demandó la salida de Ortega mediante elecciones anticipadas.

Esta demanda fue interpretada por el Ejecutivo como “golpe de Estado” y desde entonces Ortega empezó a ponerle zancadillas al diálogo.

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El pasado 7 de junio, los obispos se reunieron en Casa Presidencial con Daniel Ortega, Rosario Murillo y el canciller Moncada.

En esa ocasión, los mediadores le entregaron al caudillo sandinista una ruta de salida pacífica y constitucional que consistía en realizar elecciones anticipadas para marzo de 2019, para superar la crisis.

Ortega no aceptó la propuesta de los obispos y continuó reprimiendo a la población, encarcelando y asesinando, mientras el clamor a su salida se hacía nacional e internacional.

Agresión en Diriamba

Ortega siguió con su ola violenta, esta vez directamente contra los mediadores y contra los integrantes de la Alianza Cívica.

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El 9 de julio, el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, y su auxiliar —monseñor Silvio Báez— fueron agredidos por turbas y paramilitares dentro de la Basílica San Sebastián, en Diriamba. Junto a Brenes y Báez también fue agredido el Nuncio Apostólico monseñor Waldemar Stanislaw Sommerstag monseñor Miguel Mántica y el padre Edwin Román.

Los religiosos visitaban la ciudad para ser mediadores en el rescate de fieles que se encontraban secuestrados dentro de esa basílica.

Detienen a Medardo Mairena

Ortega intensificó su presión y descalificación también contra los miembros de la Alianza Cívica y mandó a detener el pasado 13 de julio al líder campesino Medardo Mairena, quien fue apresado en el Aeropuerto Internacional de Managua cuando pretendía salir del país a un foro para denunciar la represión del Gobierno, que ya contabilizaba más de 270 muertos en ese momento.

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Junto al líder campesino fue apresado Pedro Mena, otro líder campesino anticanal.

Ambos son acusados por el régimen de terroristas, junto a decenas de estudiantes, dirigentes espontáneos, empresarios, comerciantes, campesinos y activistas de derechos humanos.

“Obispos golpistas”

Para cerrar con broche de oro su intento de desacreditar a los integrantes del Diálogo, Ortega celebró el pasado 19 de julio acusando a los obispos, mediadores y testigos del Diálogo de ser golpistas y terroristas.

“Yo pensaba que eran mediadores, pero no, estaban comprometidos con los golpistas. Eran parte del plan con los golpistas”, acusó el caudillo a los religiosos en Plaza la Fe, ante miles de sus seguidores.

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Ortega además mandó a su canciller a gestionar en el Vaticano la salida de Báez y otros obispos.

El canciller orteguista Denis Moncada gestionó la semana pasada en el Vaticano, en Roma, Italia, una orden para que los obispos, que según él “se han puesto a favor de la oposición”, se retiren como mediadores del Diálogo Nacional debido a que al gobierno de Daniel Ortega le interesa “reestructurar” la mediación solo con los religiosos que él considera ecuánimes.

Recomienda ajustes

Para el jurista Gabriel Álvarez, los obispos han realizado un excelente trabajo como mediadores, sin embargo cree que se deben hacer ajustes, entre los cuales destaca que deben participar la ONU, la Unión Europea y la OEA en el Diálogo en “su carácter de garantes y de apoyo técnico a la labor de los obispos”. Otro punto que no es favorable, según Álvarez, es el “formato masivo del diálogo” y explico que la agenda se debe reducir a debatir temas torales que urgen para la democratización de la nación.

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“La Conferencia Episcopal es insustituible en la Mesa del Diálogo porque es la única institución que tiene la autoridad moral y la credibilidad casi unánime de la población nicaragüense”. No obstante, Álvarez, insiste en que se deben hacerse los ajustes explicando que algunos obispos “han dado algunas declaraciones poco ortodoxas para un rol de mediación”, dejando en claro que “esto no los desautoriza en su trabajo como mediadores”.

Relación obispos-Gobierno

“Deben hacerse ajustes y los obispos  deben revisar sus planteamientos en las formas para construir una mejor relación de confianza con el Gobierno, pero sin afectar el fondo de sus planteamientos que ha sido la democratización de Nicaragua y que es el planteamiento del soberano, que es el pueblo”, sugiere el jurista Gabriel Álvarez.

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