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Capitana de la Policía Nacional huye por represión del gobierno

Exjefa de Operaciones del equipo de futbol Walter Ferretti, ligado a la institución, se marchó del país con su esposo y sus hijos a mediados de julio a un lugar que ella prefiere no revelar

La excapitana de la Policía Nacional, Wendy del Rosario Flores Gámez, quien era la jefa de Operaciones del equipo de futbol Walter Ferretti, ligado a la institución, se marchó del país con su esposo y sus hijos a mediados de julio a un lugar que ella prefiere no revelar.

Flores siguió de cerca el drama de la exteniente María Teófila Aráuz, quien tras ser expulsada de la Policía por apoyar la protesta de los estudiantes contra el Gobierno, perdió a su hijo en un extraño accidente de tránsito.

“Tuve la intención de poner formalmente mi renuncia previo a venirme, pero yo no lo hago porque a mí me alertan que estaban tomando medida (represalia) y efectivamente así era. Mirá el caso de la teniente Teófila (Aráuz). (Lo de su hijo) eso no es ningún accidente”, dijo Flores vía telefónica.

La capitana trabajó en la Policía durante 17 años. Entró a los 19 años, cuando recién había terminado el bachillerato (2001). A mediados de julio, mandó a dejar su carta de renuncia, cuando ya estaba fuera del país.

Hablar sobre su caso es otro de los temas en que la Policía se muestra hermética. Ni su jefe directo en el equipo, el comisionado mayor William Dávila, ni la oficina de Relaciones Públicas ha comentado nada al respecto, pese a que se les puso al tanto que habría una publicación.

Desde el exilio, Flores cuenta su historia. Vivía bajo el asedio de hombres armados que se movilizan en camionetas Hilux.

Marido se sumó a protesta

Las presiones y la amenaza arreciaron cuando se dieron cuenta que su esposo, policía retirado, participaba en las protestas que demandan la salida de Daniel Ortega del poder.

Tampoco la excapitana ocultaba su desacuerdo con las anomalías que veía en la actuación de la Policía, menos desde abril, cuando comenzó la represión contra los estudiantes.

Las protestas pacíficas en general contra el Gobierno fueron reprimidas por la Policía y fuerzas paramilitares, lo que ha dejado un saldo de más de 440 muertos, según el último informe de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).

Flores asegura que muchos policías desertaron porque no estuvieron de acuerdo con las órdenes de disparar a civiles desarmados.

Ella misma pudo constatar que más de trescientos chips policiales fueron regresados a la institución. La Policía no ha dicho nada sobre estas renuncias. El pasado 21 de julio, refiriéndose a la dimisión de dos oficiales, los acusó de haber sido descubiertos robando uniformes, insignias y emblemas para justificar la “baja deshonrosa”.

La excapitana cuenta que su jefe inmediato la acusaba de “derechista” y de “golpista”. Finalmente, decidió renunciar e irse cuando se dio cuenta que paramilitares quemaron a una familia en el barrio Carlos Marx, Managua. Seis personas murieron ahí. Dos eran niños.

FSLN y su influencia en oficiales

Para la excapitana Wendy Flores, el rostro de la partidarización de la Policía es el comisionado general Francisco Díaz, actual subdirector y consuegro del presidente.

Flores narra que todo comenzó a cambiar en 2014, cuando Díaz asume un rol más protagónico en la Jefatura Nacional.

A partir de eso, hay un antes y un después en la Policía, marcado por la emisión de carnet de militancia sandinista a todos los oficiales, lo que se convirtió en un requisito, según Flores.

Flores dijo que no tramitó su militancia como lo hicieron otros. Cuenta que en su caso se lo impuso quien era su jefe en ese entonces, el comisionado mayor Emilio Rodríguez, a quien describe como sandinista.

Sin embargo, Rodríguez, actualmente retirado de la Policía desde hace dos años y miembro de la junta directiva del UNAN-Managua FC (el equipo de futbol de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua), quien aceptó conocerla, negó vía telefónica la imposición de la militancia.

Manifestó todo lo contrario: Que las solicitudes están “documentadas” y cada oficial firma de “manera voluntaria”.

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