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La SIP otra vez en Nicaragua

Una misión de alto nivel de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se encuentra en Nicaragua, para recabar información directa sobre el estado de la libertad de expresión e información en el país en la situación de represión gubernamental que ha ensangrentado y enlutado al país durante los últimos meses.

La SIP es una antigua y prestigiosa organización de la prensa libre, a la que pertenecen más de 1,300 periódicos y revistas de las Américas (incluyendo a LA PRENSA y el periódico Hoy de Nicaragua), que tienen una circulación superior a los 43 millones de ejemplares en papel y una enorme y creciente cantidad de lectores por internet.

La SIP ha visitado Nicaragua una media docena de veces, siempre para abogar por el respeto a la libertad de prensa.

Con ese mismo objetivo, su delegación está sosteniendo ahora entrevistas con representantes de diversos sectores y ha solicitado reunirse también con el Gobierno, con el interés de tener una visión equilibrada de los acontecimientos nacionales.

El interés de la SIP es motivado por las informaciones que han tenido gran repercusión internacional, sobre la represión que ha dejado centenares de personas asesinadas y violaciones a la libertad de prensa que incluyen agresiones físicas y amenazas de muerte a periodistas, lo mismo que ataques contra sedes de medios de información.

Desde el 18 de abril, cuando estallaron las protestas en Managua y León, periodistas y medios de prensa nacionales y extranjeros han sido víctimas de la represión gubernamental, incluyendo el asesinato, ocurrido el 21 de abril, del periodista Ángel Gahona en Bluefields.

Daniel Ortega no cumple su obligación de respetar la libertad de prensa, que es una garantía constitucional y legal lo mismo que de las declaraciones internacionales de derechos humanos. El compromiso de Ortega con esta libertad esencial es también personal, al haber firmado la Declaración de Chapultepec sobre la Libertad de Expresión y de Prensa, en presencia de las más altas autoridades de la SIP.

Eso ocurrió el 4 de julio de 2001 en casa de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, cuando Ortega era candidato a un segundo período presidencial además de los casi 6 años que fue coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, de 1979 a 1985.

En aquella ocasión Ortega dijo textualmente: “Hemos entendido que para avanzar a la paz hay que rectificar esos errores (refiriéndose a los atropellos a la libertad de prensa cometidos por él mismo durante la Revolución sandinista de 1979 a 1990), y con ese convencimiento, de que la rectificación es una necesidad, venimos a firmar esta Declaración de Chapultepec”.

Ortega tiene la obligación legal, política y moral de honrar ese compromiso solemne. De alguna forma eso se lo ha venido a recordar y a pedir la misión de la SIP que se encuentra en el país, aunque el singular gobernante de Nicaragua no quiera recibirla.

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