El hecho que el Gobierno de Nicaragua ha anunciado en reiteradas ocasiones que impedirá el acceso al país del Grupo de Trabajo para Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA), no significa que esa instancia se quedará de brazos cruzados en espera de la respuesta, por el contrario, trabaja en la estructura interna de ese organismo y en el plan de trabajo a desarrollar, informó el embajador de México en ese organismo, Jorge Lomónaco, uno de los doce integrantes del Grupo de Trabajo.
El Consejo Permanente de la OEA resolvió el pasado 9 de agosto crear el Grupo de Trabajo para Nicaragua, cuyo propósito es encontrar una salida pacífica a la crisis política que atraviesa el país centroamericano desde el pasado 18 de abril.
Desde entonces entre 317 y 448 personas fallecieron producto de la represión gubernamental, de acuerdo con los últimos informes de organismos internacionales y locales de derechos humanos.
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“La OEA debe actuar cuando los derechos humanos o la democracia estén en riesgo”, afirmó el diplomático.
Objetivo del grupo
El Grupo de Trabajo tiene como tarea supervisar la situación en Nicaragua y aportar soluciones al conflicto. El plan incluye “mantener conversaciones con todos los actores involucrados y especialmente el Gobierno de Nicaragua para encontrar las vías de trabajar juntos, de que acepten la mano que les tiende la OEA porque el Grupo es de la Organización, a medida que fue adoptado ya no pertenece a un país, o a los doce miembros (que lo integran), o a los veinte (países) que votaron a favor (de la resolución que aprobó el Grupo de Trabajo), pertenece a toda la OEA, esa es la lógica de la democracia de los organismos internacionales”, dijo el embajador de México ante la OEA.
No cruzarse de brazos
Sin embargo, el Gobierno de Nicaragua advirtió desde un principio que no recibirá a ninguna comisión.
“El Grupo (de Trabajo) tampoco puede quedarse con los brazos cruzados esperando respuestas, tiene muchas cosas por hacer en muchos factores y tenemos que empezar a trabajar, reunirnos, conversar, entender y aprender de una larga lista de actores que están jugando papeles de diferentes naturalezas en la situación”, explicó el embajador.
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Esos actores a los que se refiere el diplomático son representantes de organismos e instituciones con los que el Grupo de Trabajo se reunirá, entre ellos el secretario general de la OEA, la Secretaría de DECO (Departamento para la Cooperación y Observación Electoral), que está trabajando en el Proyecto de Reforma Electoral en Nicaragua; el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que está siguiendo la situación de Nicaragua en materia de derechos humanos; el SICA (Sistema de la Integración Centroamericana), y “en particular a su secretario general (Vinicio Cerezo), conversar con él para entender bien el mandato y ver cómo nos complementamos porque se trata de que todos trabajemos en la misma dirección para lograr una solución pacífica”.
Con banca internacional
En esa lista también figuran la Mesa del Diálogo Nacional, la Iglesia católica, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y entidades financieras internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM).
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Sobre las dos últimas, Lomónaco explicó el objetivo. “Aprender de todas las instancias que tienen algún tipo de relación formal con Nicaragua y entender cómo se están comportando los flujos crediticios, el pago de la deuda y los proyectos que están en marcha. Para poder encontrar soluciones necesitamos tener una pincelada muy amplia de todos los factores que están influyendo en la situación que vive Nicaragua”, añadió.
“Le estoy mencionando un listado no exhaustivo de actores con los que tenemos que reunirnos, conversar y encontrar maneras de colaborar, y esto tiene que ser en paralelo con el Diálogo (Nacional), con el Gobierno, y como he dicho en otras ocasiones, confío en que, con perseverancia, trabajo, conversaciones, el Gobierno de Nicaragua reconsidere y acepte la mano tendida y nos permita conversar, dialogar y encontrar puntos en común”, reiteró.
Son doce países
El Grupo de Trabajo está integrado por los embajadores de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Guyana, Ecuador, Panamá, Estados Unidos, Perú, Costa Rica y México. “Una de las reglas es que mantengamos un alto nivel de Grupo porque (la situación de Nicaragua) es un tema complejo, delicado, que requiere que los Estados que participen se comprometan al más alto nivel aquí en la OEA, incluso no descartaría se realicen sesiones o gestiones a un nivel superior (de los embajadores)”, indicó el diplomático.
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Para el embajador, hay que releer la Carta de la OEA, en la que los Estados miembros asumen el compromiso de defender los derechos humanos. “Es una obligación, no es opcional”, sostuvo.
Colombia cuestiona a Ortega
Colombia rechazó este martes las declaraciones del presidente designado Daniel Ortega, en las que afirmó que el país suramericano tiene intereses golpistas en la crisis política que afronta Nicaragua, con el objetivo de desconocer el fallo de 2012 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.
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Colombia rechazó a través de su Cancillería las declaraciones de Ortega, quien afirmó que la nación suramericana apoya a las fuerzas internas y grupos internacionales para derrocarlo del poder.
Ortega “supone” que sería a cambio de que Nicaragua desconozca la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, en 2012, que reconoció la soberanía de Nicaragua sobre una extensión marítima de más allá de las doscientas millas náuticas en el Mar Caribe, en detrimento de Colombia.
“El gobierno de Colombia fundamenta sus actuaciones frente a Nicaragua y otras naciones en el marco de sus obligaciones como firmante de la Carta de la OEA. Por lo tanto, seguirá actuando en defensa de la democracia”, dice la nota de prensa.