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La carta de la Alianza a Ortega

La Alianza Cívica para la Justicia y la Democracia, que es la contraparte del Gobierno en el Diálogo Nacional, ha enviado una carta abierta a Daniel Ortega firmada por todos (o casi todos) sus miembros, pero además miles de personas la han respaldado y siguen suscribiéndola por internet y físicamente.

En esa carta, la Alianza pide la reanudación del Diálogo Nacional que está suspendido desde el 9 de julio. Además, demanda la liberación de todos los presos políticos e información sobre los desaparecidos, poner fin a la represión y disolver los grupos paramilitares bajo supervisión de la OEA y la ONU.

La Alianza Cívica le propone a Daniel Ortega un acuerdo para implementar el cese de toda forma de violencia, acordar el anticipo de las elecciones generales, poner fin al clima de confrontación y restablecer la seguridad ciudadana, “con el compromiso de todos de contribuir al establecimiento de un ambiente de trabajo, paz, tranquilidad social y apego al respeto de las leyes”.

Esto significa, a nuestro juicio, que sin decirlo explícitamente la Alianza Cívica acoge el llamado a la tregua que hizo el 17 de julio el nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag. En esa fecha, el representante personal del papa Francisco en Nicaragua expresó en un dramático mensaje público, que, “llorando por todos los muertos y rezando por sus familias, hago con todas mis fuerzas humanas y espirituales un llamado a la conciencia de todos para lograr una tregua”. Y urgió, el nuncio, a reanudar el Diálogo Nacional para encontrar un acuerdo, porque “no es aceptable pensar que los muertos y víctimas de la violencia pueden solucionar una crisis política y garantizar un futuro de paz y prosperidad en Nicaragua”.

Cabe recordar que el nuncio hizo el llamado a la tregua después de que él mismo fue agredido en Diriamba por fanáticos orteguistas, junto con el cardenal Leopoldo Brenes, el obispo Silvio Báez y varios sacerdotes.
Ahora, con su carta pública a Daniel Ortega, una vez más la Alianza Cívica demuestra responsabilidad política, coraje cívico, ánimo de reconciliación nacional e interés patriótico en buscar y concertar una solución democrática de la grave crisis que sufre el país. Crisis que es de origen y naturaleza política, pero tiene graves consecuencias económicas y sociales que ya se están sintiendo duramente y serán peores si no se encuentra pronto una solución concertada de interés nacional.

Ortega, por el contrario, después del llamado del nuncio a la tregua recrudeció la represión y ordenó una sangrienta “operación limpieza” de los tranques y barricadas que los estudiantes, campesinos y otros ciudadanos autoconvocados habían levantado en distintos lugares del país. Y el 19 de julio, en presencia del mismo nuncio apostólico Ortega acusó a la Conferencia Episcopal de golpista y terrorista, solo porque le propuso adelantar las elecciones para resolver democráticamente la crisis nacional.

Editorial Alianza Cívica diálogo nacional Gobierno archivo
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