El Gobierno del presidente designado, Daniel Ortega, acusa a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de “manipular la información” obtenida en su visita in loco, para evaluar el estado de los derechos humanos en el país, a tal punto, de convertir lo que el régimen orteguista denomina “intento de golpe de Estado” en una supuesta protesta pacífica.
Por medio del documento llamado “Informe evaluativo de la actuación parcializada y politizada de la CIDH en Nicaragua”, el gobierno asegura que la CIDH omitió que las personas asesinadas —durante las protestas en contra el régimen—, en su mayoría, eran policías, funcionarios del Estado, militantes sandinistas y civiles ajenos al conflicto; cuyas causas de muerte fueron por heridas por armas de fuego de los golpistas.
Sin embargo, el gobierno no menciona que los únicos armados eran los paramilitares y los oficiales de la Policía Nacional, quienes disparaban a los civiles desarmados.
“Repite mentiras”
Respecto al informe preliminar presentado por la CIDH, el pasado 21 de mayo, donde el organismo internacional denuncia que el primer mes de protestas se caracterizó por el uso excesivo de la fuerza por parte de cuerpos de seguridad del Estado y de “terceros armados”, provocando 76 muertes, heridos y detenidos, el Gobierno critica que la CIDH “repitió y difundió las mentiras de los autores, actores y ejecutores del intento de golpe de Estado (…) con la única finalidad de justificar ante la comunidad internacional actos ilegales y crímenes dirigidos a romper el orden constitucional”.
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También comenta que pese a la “franqueza y apertura” del Gobierno con la CIDH y las “abundantes” evidencias e información brindada sobre la violencia de las “acciones terroristas”, estas no fueron reflejadas en el informe preliminar, por lo que consideran que la CIDH es “parcial”.
No obstante, la CIDH informó que se reunieron con diferentes instituciones del Estado y que el resultado de su investigación consideraba los datos obtenidos con diferentes actores.
Cuestionan metodología
El Gobierno agrega que los informes y comunicados de la CIDH son “cuestionables por el sesgo político y la meteodología de trabajo”, ya que carece de riegor científico.
Destaca la falta de veriticación de la información que recibe y utilización “irresponsable de fuentes sin ninguna credibilidad”.
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Asimismo, indica que este organismon junto con los Estados Unidos y otros países “promueve maniobras políticas injerencistas”.
La CIDH ha estado en los lugares que más han sufrido la represión gubernamental, habló con las víctimas e incluso estuvo en la Universidad Nacional Agraria (UNA), cuando los estudiantes atrincherados en ese campus eran atacados.