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Carmen Muñoz, hermana de Olesia y Tania Muñoz, y Keyling, hija de Tania Verónica, sostienen un retrato de Olesia, a quien no han visto desde el pasado 31 de julio y solo saben que está en La Modelo junto con Tania Verónica. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Olesia Muñoz, de cantar en las iglesias a prisionera del orteguismo

Una mujer de la cuna de Sandino, dedicada a la alabanza a Dios, está presa en La Modelo por haber apoyado las protestas contra el orteguismo. Los paramilitares le destruyeron no solo su casa, sino también su vida

Olesia Muñoz fue trasladada de El Chipote a la cárcel Modelo de Tipitapa, el pasado miércoles. En vez de estar presa, acusada de terrorismo y otros cinco delitos, Muñoz Pavón bien podría ser ahorita la alcaldesa de Niquinohomo, pues fue candidata a ese cargo por el PLI en 2017. O estar en el Mercado Oriental, vendiendo especias y hojas para nacatamal, un negocio que heredó de su madre ya fallecida. También podría estar en una iglesia, tocando el piano o la guitarra, su pasión desde los 12 años de edad y en la cual se profesionalizó en la escuela nacional de Música de Managua.

Pero no. El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo no le perdona que, junto con su hermana Tania Verónica, también encarcelada en La Modelo, hayan apoyado a los jóvenes que protestaban con tranques que se erigieron en Niquinohomo. Las tienen presas acusadas por los delitos de crimen organizado, terrorismo, entorpecimiento de servicios públicos, portación o tenencia ilegal de armas, robo y amenazas.

Sus familiares, especialmente cuatro hermanos, porque no es casada ni tiene hijos, no la ven desde el 31 de julio pasado, cuando policías y paramilitares la llegaron a sacar de la casa de una tía en Dolores, Carazo, donde estaba refugiada. “Mi hermana no andaba huyendo de la justicia, como le dijeron los policías cuando se la llevaron presa junto con mi otra hermana Tania Verónica y un hermano que se llama Denis. Ahí estábamos todos y lo que andábamos haciendo es protegiéndonos para que no nos mataran los paramilitares en Niquinohomo”, explica una hermana de Olesia Muñoz, de nombre Carmen del Socorro.

Olesia Muñoz durante una marcha junto al cronista deportivo Edgar Tijerino. LA PRENSA/ CORTESÍA

Una lucha por la democracia

La tragedia de Olesia Muñoz empezó junto con las protestas originadas el 18 de abril pasado, cuando jóvenes protestaban en Carretera a Masaya contra unas lesivas reformas al Seguro Social por parte del gobierno de Ortega, en las que les quitaban el cinco por ciento de sus pensiones a los jubilados.

Muñoz viajaba ida y vuelta todos los días los casi 50 kilómetros que separan Niquinohomo de Managua y vio las protestas cuando iba en un bus. Desde entonces comenzó a animar a los jóvenes que protestaban.

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En Niquinohomo, sacaba a las calles unos parlantes grandes que tenía y a través de ellos alentaba a sus coterráneos a que salieran a pronunciarse por la situación del país. “Ella hablaba (por los parlantes) con palabras suaves, sin llegar a ofender”, explica su hermano Charles Muñoz. Y cuando se levantaron los tranques en Niquinohomo para seguridad de la población, explica también Charles, ella y su hermana Tania Verónica les proporcionaban algunos alimentos a los jóvenes, para que se ayudaran a pasar la noche, especialmente pan y café. A veces también les daba 100 o 200 córdobas para que los jóvenes compraran gaseosas, dice otra de sus hermanas.

Niquinohomo, protestas, Nicaragua
Una barricada levantada en Niquinohomo durante las recientes protestas contra Daniel Ortega. LA PRENSA/ ARCHIVO/ NOEL GALLEGOS

Esos obsequios los hacía Olesia como ser humano, para apoyar a la juventud, indican sus hermanos. Tania Verónica siempre le decía a los jóvenes que estaban en los tranques que se cuidaran. “Cuídense mucho, que no les vaya a pasar nada”, les imploraba.

Las hermanas Muñoz Pavón también solían sonar las cazuelas por las noches o en las madrugadas como protesta en contra de los Ortega Murillo.

Olesia Muñoz y su familia no han tenido una vida política activa pero, señalan sus hermanos, debido a que era muy popular por su participación en los coros de la iglesia católica y formando grupos de alabanza, en 2017 la convencieron de que fuera candidata a alcaldesa por el PLI. “Ella no quería, pero le insistieron. Ella aceptó porque decía que quería un cambio para Niquinohomo”, explica su hermana Carmen del Socorro.

En esos comicios, aseguran sus hermanos, ella fue la ganadora, pero la gente del FSLN hizo trampa y le robó las elecciones.

La música es su gran pasión para Olesia Muñoz. LA PRENSA/ CORTESÍA

Olesia Muñoz pasó ocho días sin comer ni beber

Si ahora Olesia Muñoz y su hermana Tania Verónica se encuentran en una celda de la cárcel La Modelo es gracias a sus vecinos, que en una gran mayoría son orteguistas y fueron quienes la denunciaron como que era una terrorista, explica Charles Muñoz, cuando en realidad solo es una vendedora de especias y una músico profesional a quien le gusta alabar a Dios y formar a jóvenes en el canto.

Gracias a esas denuncias es que toda la familia Muñoz Pavón anda huyendo de Niquinohomo y su casa, ubicada en el barrio Fátima Pavón, está abandonada y casi destruida totalmente.

El domingo 15 de julio fue fatal para Niquinohomo y los pueblos aledaños. Ese día murieron al menos 10 personas en esos pueblos de Masaya, cuando aprovechando que llovía a cántaros los paramilitares entraron disparando a matar desde Diría hasta Masaya. Fue la “Operación Limpieza” que el gobierno de Ortega y Murillo realizó en Masaya previo a la celebración del 19 de julio.

Los pueblos de Masaya mantuvieron tranques hasta el pasado 15 de julio, cuando fueron atacados salvajemente por las fuerzas paramilitares del gobierno de Daniel Ortega. LA PRENSA/ CORTESÍA

Los paramilitares llegaron a la casa de la familia Muñoz Pavón, donde se encontraba solamente Olesia, pues toda la familia ya había huido protegiéndose de las balas. Tras disparos que le realizaron al candado de la puerta principal de la casa, los paramilitares entraron pateando la puerta y rafaguearon todo lo que había dentro: varias camas de adultos y de niños, un ropero antiquísimo que había dejado la madre de Olesia, roperos de los niños, los parlantes de Olesia, un cuadro con una foto de la mamá, un librero, sillas antiguas. Prácticamente dejaron en la calle a Olesia. Y, por si fuera poco, a balazos partieron en tres una imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa que llegó de Roma y que Charles Muñoz apenas hacía un año que la había restaurado.

Mientras los paramilitares acababan con su casa, Olesia Muñoz se ocultó en una bodega que su papá, ya fallecido, construyó donde antes era un baño y no la detectaron. Pero tuvo que pasar ocho días escondida en esa bodega, porque los paramilitares tenían la vivienda rodeada.

Cuando sus familiares se dieron cuenta de que Olesia estaba en la casa, alquilaron un vehículo y la llegaron a sacar el sábado 21 de julio, como a las 5:00 de la tarde. Desde el 15 de julio no había comido nada ni tomado agua siquiera. Estaba deshidratada y demacrada. Incluso, en la misma bodega hacía sus necesidades fisiológicas para no salir por temor a ser descubierta.

Olesia Auxiliadora Muñoz Pavón, cuando fue presentada como terrorista por la Policía. LA PRENSA/ Foto tomada de El 19 Digital

Búsqueda implacable

Una familiar de Olesia Muñoz fue quien avisó a los hermanos de esta última que estaba escondida en la casa. Y fue también la única persona que se enteró de que todos los hermanos con sus hijos se fueron a refugiar a la casa de una tía materna en Dolores, Carazo. Nadie más sabía.

Después se dieron cuenta de que a esa familiar la habían capturado los paramilitares y sospechan que la obligaron a decir dónde se encontraba Olesia.

El 31 de julio pasado, cerca de la 1:30 de la tarde, llegaron los policías y los paramilitares a la casa en Dolores. Iniciaron preguntando por un nombre de la tía de Olesia que solo sus familiares conocen, porque en la comunidad la conocen de otra manera. Olesia y sus hermanos y sobrinos acaban de comer pollo en caldillo, arroz y gaseosa.

Tres niños de entre 2 y 4 años de edad fueron llevados en la patrulla junto con Olesia y tres de sus hermanos y sus sobrinos. La tía de Olesia le dijo a los armados que les dejaran a los niños, pero ellos respondieron: “Los niños también se van (presos)”.

Tania Verónica Muñoz Pavón, hermana de Olesia, también está presa en la cárcel La Modelo, acusada por los mismos delitos que su hermana. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN/ ÓSCAR NAVARRETE

En la delegación policial estaba el comisionado Ramón Avellán. Carmen del Socorro, hermana de Olesia, le rogó a Avellán para que la dejaran libre a ella y a los niños y a una sobrina que también estaba en el grupo. Fueron varios minutos de ruego. Finalmente Avellán accedió. Luego también liberaron a un hermano de Olesia, José Denis, pero a ella y a Tania Verónica las trasladaron a El Chipote, en Managua.

Charles Muñoz relata que a su hermana Olesia la llevaron a Managua mientras la golpeaban. “Dicen que la hicieron hasta orinar a la pobre, de cómo la iban golpeando. La despernancaron toda”.

Desde ese 31 de julio pasado, no saben de ella ni de Tania Verónica. El miércoles pasado Carmen del Socorro llegó a El Chipote a dejarles comida a sus hermanas, pero los policías le dijeron que ya las habían trasladado a La Modelo.


Delegada de la palabra

Por su amor a Dios, la iglesia le encomendó a Olesia Muñoz ser delegada de la palabra en una comunidad de Niquinohomo que se llama El Portillo.

“Olesia Muñoz es una de las mayores servidoras de la parroquia Santa Ana de Niquinohomo. Su voz se escucha en las misas dominicales en las asambleas de alabanza de la renovación carismática y la eucaristía de cuerpo presente”, dice sobre Muñoz el periodista niquinohomeño Néstor Téllez.

Téllez también la describe como “una mujer trabajadora en uno de los tramos de los mercados de Managua”. “Para nadie es un secreto su participación en las marchas que se realizaron en la tierra de Sandino en la demanda de justicia y democratización de Nicaragua”, explicó Téllez.


La casa de la familia Muñoz Pavón en Niquinohomo está abandonada. Ellos tienen más de un mes de no poder llegar a la misma, la cual fue desbaratada a rafagazos en su interior por los paramilitares del gobierno de Daniel Ortega. LA PRENSA/ URIEL MOLINA

Una vida dedicada a Dios y a la música

Desde los 12 años de edad a Olesia Muñoz le encantaba tocar el piano y también la flauta. También aprendió a cantar y puede hacerlo como soprano, bajo y tenor.

ació en una familia de ocho hermanos, pero dos ya fallecieron. Igualmente ya fallecieron su padre José de los Santos Muñoz y su mamá Timotea Antonia Pavón.

De su mamá aprendió el oficio de comerciante, vendiendo especias en el Oriental, un negocio que todavía tenía cuando fue capturada ilegalmente el pasado 31 de julio.

También es muy católica, y todos los domingos toca en diferentes iglesias de Masaya, Carazo, Granada y Managua. También forma a jóvenes en la música, especialmente de alabanzas a Dios. Es muy reconocida dentro del clero católico y también en algunas iglesias evangélicas, cuando colabora con ellos en el tema de la música.

A veces también toca instrumentos musicales en bodas, misas de difuntos y hasta en celebraciones de bachillerato o en cualquier otra actividad para que le contraten.

Este año, el próximo 27 de noviembre, le correspondía la mayordomía de las celebraciones de la Virgen de la Medalla Milagrosa, pero probablemente no podrá ser porque el orteguismo la tiene encarcelada.

En Niquinohomo se ha erigido como una lideresa y los jóvenes la buscan como guía, explica su hermana Carmen. De hecho, algo de eso sucedió con lo de los tranques, pues los jóvenes se acercaban a ella en busca de apoyo. “Ella no estaba en los tranques, solo apoyaba a los jóvenes”, dice Carmen.

No se casó ni tiene hijos. “Ella se casó con Dios, aunque nunca estudió para monja”, dice su hermano Charles.

“Todo es falso”

De acuerdo con la acusación que le formularon a Olesia Muñoz, ella “era la cabecilla del tranque ubicado en el sector de El Calvario (entrada principal de Niquinohomo)”. Según la Policía, el grupo que lidera Muñoz cometió asesinatos, incendios, secuestros, extorsiones, robo de vehículos privados y estatales, lesiones y agresiones a pobladores.

Sus hermanos, especialmente Charles Muñoz, afirman que todo es un invento de los orteguistas de la zona donde ellos viven en Niquinohomo.

Según Charles, su hermana Olesia es una lideresa en la comunidad por su trabajo en la iglesia y le tienen envidia por su gran popularidad.

La Prensa Domingo

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