Los más de 120 días que el país lleva en crisis sociopolítica han profundizado la contracción en la circulación de dinero en Nicaragua, lo que ha provocado que desde abril y hasta el 15 de agosto más de tres mil millones de córdobas salgan de circulación, impactando directamente en el consumo nacional.
Hasta marzo la cantidad de billetes y monedas en poder de los nicaragüenses, había ascendido a 17,658.8 millones de córdobas, pero al 15 de agosto se había reducido a 14,618.3 millones de córdobas.
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El economista Luis Murillo señala que esta sería una medida que estaría tomando el Banco Central para proteger las reservas internacionales, las cuales alcanzaron en la primera semana de agosto uno de los niveles más bajos desde el estallido de la crisis sociopolítica el 18 de abril, debido principalmente a masivos retiros de dinero que está haciendo el Gobierno de las arcas del Banco Central y a la merma de los depósitos del Sistema Financiero Nacional.
Además Murillo señala que la decisión del Gobierno de recortar más de cinco mil millones de córdobas de su presupuesto de gasto, provoca también que “de una u otra manera rote menos el dinero y se extrae dinero de circulación, esa una medida para defender reservas internacionales y evitar mayores niveles de inflación”.
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Antes de la crisis, la circulación de dinero venía fluctuando a la baja, pero a ritmo más pausado, debido a que el Gobierno estaba apuntalando a una menor demanda de dólares por parte del público para hacer frente al pago de la factura petrolera y derivados, que antes se cubría en forma de crédito con Venezuela, pero que tras el desplome de este esquema ahora necesita liquidez para cubrir ese pago a los nuevos proveedores petroleros.
La crisis, sin embargo, ha profundizado dicha contracción, que ha llevado los niveles de circulación a uno de los más bajos en lo que va del año.
Medida contrae el gasto
Murillo explica que la medida tomada por el Banco Central no es la más conveniente, debido a que esto propicia que el consumo nacional se contraiga fuertemente, lo que no ayuda a amortiguar el impacto de la crisis actual, que ha dejado en negativo a las mayorías de las actividades económicas.
“Es una medida de corto plazo, no es la más adecuada en este tiempo de crisis, porque la economía de una sola vez está teniendo un nivel de decrecimiento y prácticamente esta economía se queda solo sobre la base de las remesas”, dijo Murillo.
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De hecho, el informe monetario hasta julio 2018 del BCN detalla que la base monetaria —incluye el numerario y las reservas de los bancos comerciales en el Banco Central— registró un saldo de 30,471.0 millones de córdobas, 9 por ciento más con respecto a los últimos doce meses.
Sin embargo, cuando ese saldo a julio es comparado con finales de 2017, este acumula una caída de 2,642.6 millones de córdobas, principalmente como resultado de la disminución en la circulación de billetes y monedas, equivalente a 3,384.8 millones de córdobas, detalla el BCN.
Menos circulación de dinero
Distintos factores indican que el consumo, que representa el 85.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), se ha enfriado fuertemente este año, de tal manera que las importaciones en el primer semestre del año cayeron 0.8 por ciento y la actividad económica se redujo un 12.1 en junio.
A esto se le suma que el saldo del crédito al consumo (préstamos personales y tarjetas de crédito) había caído en 1 por ciento hasta junio respecto al mismo período de 2017.
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En la reciente reforma al Presupuesto General de la República, aprobada el martes pasado, se señala que debido a la reducción del consumo se espera en la evolución de las importaciones una caída del 3 por ciento, pero además se espera una caída en las ventas internas, esto afectaría seriamente la economía, porque constituyen la base impositiva de los principales impuestos.
Pérdida de empleo
Además de otros factores, se considera que la pérdida de empleo fue la principal causa de la restricción al gasto de consumo, según señalan economistas.
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A raíz de la crisis sociopolítica se estima que 8,708 empresas cerraron (principalmente micro y pequeñas empresas), lo que equivale a una reducción del 25.3 por ciento del total de empleadores afiliados a la seguridad social. Eso provocó que al menos 71 mil personas quedaran sin empleo.