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Masaya, Monimbó

El sacerdote salesiano César Augusto Gutiérrez recibe ayuda de monimboseños, después de ser afectado por gases lacrimógenos en uno de los ataques contra la ciudad de Masaya. LAPRENSA/MANUEL ESQUIVEL/ARCHIVO

Se exilia padre César Augusto Gutiérrez de Monimbó por amenazas de muerte y cárcel

El padre César Augusto era el responsable de la Iglesia San Sebastián, en Monimbó, y partió de Masaya antes que llegara la “operación limpieza”

La voz sollozante del padre César Augusto Gutiérrez Nicaragua quedó grabada en un audio que se viralizó, como testimonio de la crueldad del ataque paramilitar contra el pueblo de Monimbó, el 17 de julio.

Él partió de Masaya antes que llegara la “operación limpieza” porque había recibido amenazas de muerte y cárcel al querer acusarlo de financiar el terrorismo, cuenta desde su exilio forzado.

El padre César Augusto era el responsable de la Iglesia San Sebastián, en Monimbó; ubicada frente a la placita del barrio histórico, uno de los principales escenarios de la lucha cívica y de los ataques policiales y paramilitares.

Desde el principio, el padre César Augusto vivió en carne propia la represión policial: una vez mientras intentaba mediar junto con el secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos, Álvaro Leiva (también en el exilio), la liberación de detenidos, una de las tres bombas lacrimógenas que lanzaron los policías cayeron muy cerca de sus pies; el coctel del gas más los problemas de presión alta del sacerdote lo afectaron.

El padre recibió llamadas telefónicas en las que le decían: “Que me iban a matar, de que me iban a hacer una emboscada, que no les importaba si iba acompañado o solo, que yo estaba muy metido con los muchachos —monimboseños—, y que por eso me querían matar”, relató.

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En las redes sociales también le dijeron “golpista”. El padre estuvo dos días en una casa rodeado de policías del régimen y paramilitares encapuchados y armados. Esa situación provocó nerviosismo en el sacerdote, quien decidió permanecer en el Colegio Salesiano de Granada, obra de la congregación religiosa a la que pertenece.

La situación fue más tensa porque durante un retiro de su congregación le expresaron que un funcionario del Ministerio de Gobernación llegó al Centro Juvenil Don Bosco a advertir “que me estaban investigando y que estaban preparando una acusación contra mí por financiar el terrorismo, que yo recibí dinero de un narcotraficante y que yo agarré ese dinero y lo repartí a los muchachos en los tranques”, contó el sacerdote a LA PRENSA. Eso es “una cosa falsa totalmente”, aseguró.

Lo único que recibieron, cuando Masaya estuvo atrincherada, fue comida proveniente de la Catedral de Managua y otras parroquias, además de donaciones de medicinas.

El sacerdote salesiano César Augusto Gutiérrez, asegura que su iglesia, en Monimbó solo recibió donaciones de medicinas y comida para ayudar a la población atrincherada en Masaya. LA PRENSA/MANUEL ESQUIVEL

Salió por la montaña

El sacerdote César Augusto Gutiérrez Nicaragua debió salir del país porque le avisaron que estaban preparando una acusación en su contra por financiar el terrorismo; también le aconsejaron que no saliera por los puestos fronterizos establecidos.

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El padre fue llevado en dos vehículos con vidrios polarizados a través de veredas. Ahora se encuentra a salvo. Asegura que en Nicaragua nadie puede decir lo que piensa sobre el Gobierno porque “si lo que piensa está en contra de ellos se convierte en terrorista, eso no es así; eso es injusto y me duele mucho estar lejos de Monimbó”, dijo. A la vez, aseguró “que Jesucristo va a bendecir a Nicaragua con su misericordia”, para poder regresar a un país distinto.

En la lucha del pueblo de Monimbó había profesionales, universitarios, no eran vagos, asegura el padre César Augusto Gutiérrez, responsable de la Iglesia de San Sebastián, en Masaya. LA PRENSA/MANUEL ESQUIVEL

No hay normalidad 

El sacerdote salesiano asegura que no podía ser indiferente ante el dolor y el sufrimiento de la gente de Monimbó. “Nos tocó profundamente como pastor, como sacerdote”, dijo. Desde el mes de abril, el cura César Augusto repartió víveres, consoló a los fieles y también les dio la última bendición a varias de las víctimas mortales de la represión gubernamental.

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“Para mi no es nada normal, es una situación injusta y es otra manera de reprimir al pueblo porque lo que han hecho ha sido eso: infundir miedo y atentar contra la vida, contra la dignidad, contra el derecho humano de protestar, de disentir (…) pero se que Dios ha estado con la gente, que Dios tiene su mano por estos muchachos, familias, las madres (…)”, expresó el cura.

También agregó que la pareja presidencial ya no puede gobernar Nicargua. “Ellos creen que son legítimos gobernantes, pero perdieron toda legitimidad para gobernar el país”, expresó.

Nacionales Masaya Monimbó Nicaragua archivo

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