La posibilidad de asistir a la Serie del Caribe en 2020, es un reto enorme para el beisbol nacional, que todavía no descubre la fórmula para su verdadero desarrollo, pero a la vez, es un gran estímulo.
Aparte de calidad para ir a competir a esos escenarios, a nuestro beisbol le había faltado infraestructura. Esto se ha solventado con el Estadio Dennis Martínez. Lo otro, la calidad, aún está pendiente.
Es difícil armar un equipo con oportunidades de ganar en una Serie del Caribe, aunque claro, para llegar ahí, hay que eliminarse con Panamá y Colombia, países con los que ganamos y perdemos.
Y la clave para estructurar un buen equipo, no es llenar la Liga Profesional pinolera con extranjeros. La clave es seguir asistiendo las Pequeñas Ligas, es capacitar a los entrenadores y buscar más firmas de nicaragüenses.
El desarrollo del beisbol, pasa necesariamente por la cantidad de jugadores nicas firmados. Ahí es donde se da el verdadero salto, se aprende técnicamente el juego y se multiplican los conocimientos a diferentes escalas.
Y en este sentido, es decir, en el universo de jugadores en Grandes Ligas o en Ligas Menores, somos superados claramente por Colombia y Panamá. De manera que eso indica que habrá mejorar la forma de hacer beisbol aquí.
Colombia ha producido a 20 big leaguers y de acuerdo a Jesse Sánchez de MLB.com inició este año con 102 jugadores en las Ligas Menores. Panamá ha dado 61 big leaguers y acumula 81 en las Menores, un número que supera ampliamente los nuestros, que son 25.
Pero bien, lo esencial ahora es que ya se ha establecido una oportunidad. Ahora habrá que trabajar en objetivos precisos y establecer fechas para cumplimiento, para entonces hablar de un plan que nos lleve a la Serie del Caribe.
Y claro, el punto no es ir a hacer el cuadro, sino a pelear en un contexto que aunque no tiene los niveles del pasado, es sumamente competitivo y por encima del nivel de nosotros. Pero la oportunidad está ahí, ahora corresponde organizarse bien.
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