En los últimos días de agosto, casi a diario la Policía presenta a una o varias personas a quienes las tilda de terroristas. La última víctima del discurso oficialista fue el reconocido coronel en retiro Carlos Ramón Brenes, a quien lo presentaron al escarnio público pese a que ya lo habían llevado en secreto a audiencia en los tribunales.
Y según la Policía “en los meses de abril a julio Carlos Ramón Brenes Sánchez, cabecilla de un grupo terrorista, junto a otros delincuentes planificaron asesinatos, secuestros, torturas, asaltos, violaciones, incendios a viviendas e instituciones; creando terror y zozobra en los departamentos de Carazo y Masaya”.
De forma contradictoria, el Gobierno promueve una campaña para atraer el turismo, por lo que el abogado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Gonzalo Carrión, estima que los planes del Gobierno están “completamente divorciados de la realidad”. Por un lado, emiten un mensaje de que todo está normal y por otro lado, dicen que el país está infestado de “terroristas” lo que demuestra “que nos desgobierna el absurdo”.
“Aquí no hay manera que venga el turismo a menos que hagan turismo de guerra, turismo del terror, para que los visitantes vengan a ver un país bajo el terror”, sostuvo Carrión.
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Para el sociólogo Oscar René Vargas, la telaraña de contradicciones en la que está enredado el Gobierno de Nicaragua es producto de la desesperación y arrogancia del régimen. Por un lado, han ido cometiendo una serie de desaciertos y por otro lado, se niegan a reconocer sus errores.
Vargas explica que al gobierno de Daniel Ortega “su vulnerabilidad lo desespera por no poder resolver las contradicciones creadas. Sentirse vulnerable, estratégicamente derrotado, no fuerte, lo lleva a la desesperación y actuar de manera no racional, ni inteligente, cometiendo errores uno tras otro”.
Al no reconocer la realidad de la situación actual del país, Ortega ha cometido errores económicos, políticos, sociales, ambientales y de política internacional.
“Al no reconocer que las protestas sociales solamente se pueden resolver por un acuerdo político, que significaría pérdida de poder político, prefiere desatar una cacería de los principales dirigentes locales. También, no hay salida a la crisis social-política sin solución política. El gobierno ha pervertido el sistema jurídico y judicial para reprimir y meter miedo a la población en las calles”, agregó el sociólogo.
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No hay seguridad
El sociólogo y abogado, Denis Darce, señaló que las personas cuando van a visitar un país indagan sobre la seguridad que hay “y se van a dar cuenta que hay una gran cantidad que están siendo acusadas y procesadas por el delito de terrorismo”.
Darce explicó que en un país donde la Policía Nacional de forma ordinaria despliega sus fuerzas antimotines, “donde la presencia de paramilitares se ha convertido en normal es evidente, para una persona que quiera venir al país, que esas no son condiciones de seguridad”.
Lo peor de la propaganda oficialista es que el delito de terrorismo a nivel internacional se vincula más con atentados contra sitios públicos y decir que en Nicaragua hay por lo menos 60 personas acusadas por terrorismo, no es atractivo para el turismo.
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