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Turismo se queja de la alteración en factura eléctrica, pese a está semiparalizado

Entre junio y agosto se registran trescientos reclamos, lo que representa 2.5 millones de córdobas que la distribuidora de energía ha dejado de percibir

Desde que inició el estallido social en Nicaragua muchos hoteles y restaurantes han cerrado y otros han quedado trabajando a medio gas; sin embargo, la factura de energía eléctrica de estos empresarios sigue reflejando el mismo consumo y en otros casos hasta se ha duplicado, lo que ha provocado una ola de reclamos ante la empresa distribuidora y el Instituto Nicaragüense de Energía (INE).

En una reunión a puertas cerradas del Gobierno, un personero del INE sostuvo que entre junio y agosto se registran trescientos reclamos, lo que representa 2.5 millones de córdobas que la distribuidora de energía ha dejado de percibir, según videos difundidos en las redes sociales.

“Parte del proceso de desestabilización, los golpistas, terroristas y asesinos y en su llamado a una desobediencia civil han provocado pérdidas para al sector. Aquí tenemos un listado de hoteles, restaurantes privados, algunos de los cuales anduvieron patrocinando el golpismo, que han agotado todas las instancias, incluso algunos se han ido hasta la Corte Suprema para evitar pagar su factura de energía”, dijo el personero.

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Para Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), los empresarios haciendo uso de sus derechos como consumidores han reclamado ante las instancias correspondientes, ya que “estando cerrados los hoteles, establecimientos o con una operación mínima, los recibos les están saliendo dos o tres veces más de lo normal o como se estuvieran funcionando a full ocupación”.

Valenti aseguró que es un reclamo justo y que no se trata de una acción de desobediencia civil, tal como afirma el personero del INE.

Restaurantes consumieron menos luz

La factura eléctrica para el sector de bares y restaurantes representa aproximadamente el 15 por ciento de los gastos operativos, señala René Hauser, presidente de la Cámara Nicaragüense de Restaurantes y Similares (Canires).

Desde la crisis de los 2,500 restaurantes que registra Canires, cerca de ochocientos han cerrado (un 32 por ciento), algunos de estos han elevado sus reclamos por las alteraciones en el consumo de energía. “Los que se han atrasado en el pago ha sido por fuerza mayor, por la falta de venta y no por no querer pagar, además muchos restaurantes en estos meses no han trabajado a tiempo completo y a la mayoría de la gente le salió igual la factura”, dijo Hauser.

Al igual que Valenti, el empresario afirmó que en ningún momento se ha “recomendado no pagar la luz en desobediencia civil, porque nosotros somos una asociación gremial y no política”.

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Reclamos no son sinónimo de desobediencia civil

Juan Carlos López, coordinador del Centro Jurídico Social de Ayuda al Consumidor (CJSAC), expuso que los reclamos no son sinónimo de desobediencia civil, pues es un derecho y mientras esté en proceso de reclamo el recibo, ya sea en la empresa distribuidora o el ente regulador, no se puede suspender el servicio.

“Si ya agotaste la vía administrativa, fuiste a la empresa distribuidora, al INE y no te dieron respuesta, puedes ir a la Corte, el proceso tarda tres meses —o sea noventa días— y las personas tienen que solicitar que en ese lapso de tiempo no se les corte la energía. El reclamo es un derecho que tienen todos los nicaragüenses y eso no te lo pueden negar”, dijo López.

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Alteraciones en factura eléctrica persiste

Lucy Valenti, presidenta de la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (Canatur), sostuvo que los empresarios le han informado que las alteraciones en las facturas de energía eléctrica persisten, pese a que muchos locales aún no están funcionando a tiempo completo.

“Nosotros manejamos que la situación sigue igual, nosotros hicimos la denuncia cuando nos reunimos con los empresarios y no hemos tenido información sobre que la situación haya cambiado, los reclamos siguen por los altos costos de energía”, reveló Valenti.

René Sándigo, vicepresidente de la Asociación de Pequeños Hoteles de Nicaragua (Hopen), en última reunión a inicios de agosto con Canatur dijo que los hoteles, a pesar de que están cerrados, “los recibos de luz no bajan, más bien se mantienen altos y eso es motivo de preocupación del sector, que ha perdido los huéspedes y aún no se recupera”.

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