Boston no ha tenido un mejor bateador en toda su historia que Ted Williams.
En su historial rebosante de impactos, resaltan su promedio de .344, sus 521 jonrones, dos triples coronas y dos títulos de Más Valioso, a pesar de perder tres años en su plenitud por la guerra.
Los Medias Rojas han tenido también cañoneros del calibre de Jimmy Foxx, Tris Speaker, Jim Rice, Cal Yastrzemski y Dwight Evans, solo por mencionar a algunos de los más brillantes.
Sin embargo, cuando se haga el recuento de los bateadores más importantes para momentos cumbres, (en el clutch) será difícil ponerle un pie adelante a David Ortiz, el cañón dominicano.
Ortiz llegó a registrar temporadas de 54 jonrones, 148 remolques o promedios sobre .330, pero su leyenda la escribió verdaderamente en octubre, durante la postemporada.
Ortiz guió a Boston a imponerse en tres Series Mundiales (2004, 2007 y 2013) y cerró con promedio de .455, tres jonrones y 14 empujadas durante esos tres clásicos de otoño.
Nadie más en Boston ha sido tan decisivo para vencer en octubre como David, ni el mismo Williams. Es más, en la primera campaña sin Ortiz, Boston se vino de bruces.
Este año la diferencia ha sido J. D. Martínez, un poderoso artillero nacido en Miami, formado en la sucursales de los Astros de Houston y desarrollado en los Tigres de Detroit.
Martínez, después de ser dejado libre por Houston en el 2014 y ser firmado ese mismo año por los Tigres, mostró la potencia que se le había proyectado desde que fue seleccionado en 2009.
Su gran año fue 2017, tras disparar 45 jonrones y empujar 104 carreras, con .303 de promedio entre los Tigres y los Diamondbacks, con quienes tuvo un cierre espectacular en la campaña.
Este año, en medio de un ataque recio en Boston, ha asumido el papel de líder y lo ha hecho tan bien, que pelea la triple corona de la Liga Americana, con un desempeño muy sólido.
Batea .336, ligeramente abajo de los .338 de su compañero Mookie Betts. Tiene 39 jonrones, a solo uno de los 40 de Khris Davis de los Atléticos.
Y en remolques, Martínez es el líder con 115, con buena ventaja sobre Davis (110), su más cercano perseguidor. Así que está en la pelea y los Medias Rojas han sido lo más beneficiados.
Pero más que eso, Martínez está sobrellevando la presión de un equipo bien dotado de pólvora, pero que tras la salida de Ortiz, no encontraba a quién seguir.
Ahora Martínez se ha hecho cargo. No lo ha hecho solo, pero es quien más ha impactado.
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