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Daniel Ortega, INSS, Seguro Social

LA PRENSA/AFP

Daniel Ortega ignora las penurias laborales de los nicaragüenses

Daniel Ortega calificó la generación de empleo como uno de los mayores logros económicos durante sus once años de gestión, pese a que durante su administración es cuando más ha aumentado la informalidad y precariedad salarial

El presidente designado por el poder electoral, Daniel Ortega, calificó la generación de empleo como uno de los mayores logros económicos en sus once años de gestión, pese a que durante su administración es cuando más ha aumentado la informalidad debido a que la economía aun con sus constantes crecimientos anuales no es capaz de absorber la creciente mano de obra joven que está entrando al mercado del trabajo.

Al ser consultado por la agencia española de noticias EFE sobre cuáles eran sus logros económicos, Ortega afirmó: “Yo creo que lo más importante es la generación de empleo. Sin trabajo, lógicamente, la población no puede estar bien. Nicaragua es un país que tiene mucha menos migración hacia Estados Unidos”.

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A criterio de Ortega, gracias a sus políticas económicas “se ha promovido la inversión nacional, desde el negocio más pequeño hasta los negocios más grandes. Esto ha permitido una generación de empleo que se ha visto afectada, lógicamente, con esta situación. Y si tenemos generación de empleo, significa que tenemos una actividad económica dando recursos para poder cubrir los programas sociales, la salud, la educación”.

Sin embargo, los números oficiales reflejan que desde el 2007 el crecimiento económico no ha podido mellar la informalidad laboral, situación que ha provocado el estancamiento del poder de compra de los nicaragüenses debido a que el salario de los trabajadores, al desarrollarse estos en la informalidad, se ha deteriorado.

Lenta cobertura del Seguro Social

Según cifras del Banco Central, en 2006 el 19 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) estaba cubierta por la Seguridad Social, pero once años después apenas la administración de Ortega logró aumentar en 10 puntos —a un ritmo de un punto porcentual anual— dicha cobertura, es decir, en el 2017 representó el 28.68 por ciento de la PEA.

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El economista Adolfo Acevedo en distintas ocasiones ha señalado que el problema es que “ la economía genera, predominantemente, empleos precarios e informales, de muy baja productividad e ingresos, que demandan una muy baja o nula calificación para ser desempeñados”. De hecho, esta es una de las razones principales que tienen al borde de la quiebra al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, que no logra sostenerse con las contribuciones de los trabajadores, pese a que en los últimos años la base de afiliados ha crecido, pero no así el salario promedio de estos trabajadores.

La creación de empleos informales (siete de cada diez) de los últimos años ha ocasionado, según señaló en su momento Acevedo, que “la productividad media de la economía se habría mantenido relativamente estancada”, dañando el ingreso de los nicaragüenses.

De las informalidades más elevadas del istmo

En el Análisis Anual de Crédito, publicado por Moody’s Investors Service en noviembre de 2016, se señaló que si bien en la última década el empleo formal ha aumentado a un tasa promedio anual del 7 por ciento en Nicaragua, este aún tiene una de las tasas de la economía informal más altas de la región, lo que supone una erosión para los ingresos del Gobierno central.

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La calificadora estimó que la economía informal representa el 64 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), considerada una de las tasas más grandes de Centroamérica, donde el promedio es del 43 por ciento del PIB. “Un gran sector informal reduce la base de ingresos del Gobierno y obstaculiza el crecimiento al limitar los aumentos de productividad”, advirtió.

Moody’s incluso podría haberse quedado corto en sus estimaciones. Un dato dado a conocer en 2016 por el sector privado reveló que cuando Ortega recibió el poder en 2007, la informalidad en Nicaragua era de entre el 55 y 60 por ciento, pero hasta marzo del 2015 esta superaba el 80 por ciento de la economía.

Subempleo galopante

Además, según la Encuesta Continua de Hogares, que publica el Instituto Nicaragüense de Información de Desarrollo (Inide), hasta el cuarto trimestre del año pasado —la más actualizada— el subempleo afectaba al 42.7 por ciento de los nicaragüenses, lo que significa una ligera mejora si se compara con la tasa de 49.6 por ciento hasta el cuarto trimestre del 2012.

En el reporte del mismo Gobierno se define como subempleados “a los ocupados que trabajan menos de las horas establecidas por semana por causas involuntarias, y que están dispuestos a trabajar más horas. También se incluye a las personas ocupadas que durante el período de referencia, trabajan más de las horas establecidas y ganan menos del salario mínimo. El subempleo es un empleo inadecuado y es una subcategoría de la población con empleo”.

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Detrás de Haití

Ortega evitó responder si consideraba como fracaso económico que Nicaragua continuara siendo el segundo país más pobre de América. Por el contrario, dijo que el intento de un golpe de Estado habría afectado los esfuerzos que se venían haciendo para impulsar el crecimiento

“Yo pienso que la política económica del Gobierno venía avanzando muy bien durante once años, reconocida por todos los organismos más duros, como el Fondo Monetario Internacional, reconociendo el éxito de la política económica en Nicaragua, está siendo sometida a una prueba, porque la política económica no ha fracasado. Aquí lo que vieron fue un plan de golpe de Estado que ha provocado una fractura en el ritmo que traía el desarrollo y el crecimiento económico en nuestro país y nosotros ahora tenemos que luchar para recuperar lo que se ha perdido”, respondió a EFE.

Economía Daniel Ortega Empleo Nicaragua archivo

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