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El secreto para la paz

Cuando medito en los escritos del apóstol Pablo, me doy cuenta que fue un hombre que experimentó durísimas pruebas, pero siempre aguardaba con regocijo la verdad del Evangelio. Pablo, es un gran ejemplo para la vida de cualquier ser humano que lucha por conservar los valores y principios de Jesús, para tener una vida buena y plena.

Pablo renunció a sus privilegios como judío y fariseo, así como también a ser militar y ciudadano romano, para entregarse a los demás y darles a conocer la oportunidad de resurgir en una nueva vida al aceptar de corazón la salvación que ofrece Jesús, por medio del sacrificio en la cruz, el cual, Dios validó porque al tercer día el Espíritu Santo lo levantó entre los muertos.

Esta verdad, que en la actualidad es predicada por todo el mundo, en los tiempos de Pablo fue motivo de azotes, encarcelamiento, persecuciones y escasez, sin embargo, ninguna circunstancia vivida, por muy dura que pareciera, hizo que este hombre doblegara su fe, que perdiera la esperanza o que renegara del Señor.

¿Qué hizo Pablo para perseverar en la paz de Cristo? Es la pregunta que podemos hacernos cuando inevitablemente atravesamos desaciertos o situaciones tan difíciles que se asemejan a una temible tormenta. En mi vida he pasado por diferentes momentos espinosos, pues nadie puede escapar de ellos. Lo importante es darnos cuenta que hombres como Pablo, lograron sobrepasar los obstáculos del camino, porque mantuvieron su esperanza puesta en la salvación que ofrece nuestro Señor Jesucristo.

Es por ello, que cuando la ansiedad o la angustia quieren acaparar mi alma, leo sin cansancio cada carta escrita por este hombre de Dios, quien no es grande por sus méritos, sino porque es un fiel testigo del poder de Dios en su vida. “Regocíjense en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocíjense! La bondad de ustedes sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús”, escribió el apóstol a la iglesia de Filipos.

“Pongan en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz estará con ustedes”, aseguró Pablo. Mientras estemos en este mundo, enfrentaremos dificultades, pero confiados en que el amor y la misericordia de Dios es lo que nos cobija, podremos perseverar en la paz de Cristo y ser testigos de la calma que viene después de la tormenta.

El autor es presidente de la Asociación Cristiana Jesús está vivo.

Opinión Jesús Pablo paz archivo
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