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Durante las protestas en Nicaragua 28 menores de edad fueron asesinados según un monitoreo de la Coordinadora de la Niñez y Adolescencia (Codeni). LA PRENSA/ARCHIVO

Niñez afectada por la represión en Nicaragua

La represión del Gobierno de Nicaragua en contra de las manifestaciones ha dejado 28 menores de edad asesinados, de estos 25 eran varones y tres mujeres

La brutal represión del Gobierno de Nicaragua en contra de las manifestaciones ha dejado 28 menores de edad asesinados, de estos 25 eran varones y tres mujeres.

Además once adolescentes están siendo judicializados y cuatro menores siguen desaparecidos, según reporta la Coordinadora de la Niñez y la Adolescencia (Codeni).

De acuerdo con el observatorio de la Codeni, la mayoría de los menores murieron a balazos, 14 recibieron disparos en el cuello y tórax, cinco fueron impactados en la cabeza, cuatro fueron alcanzados por tiros en el pecho y estómago. Otros dos niños murieron calcinados, uno por negligencia médica y uno por golpes y lesiones en la cabeza.

La muerte también afectó a la niñez y adolescencia de manera indirecta, los padres de 56 menores fueron asesinados, seis niños y adolescentes resultaron heridos de gravedad pero lograron sobrevivir, y cuatro bebés nacieron en los tranques que se instalaron al país durante dos meses en protesta contra el Gobierno.

Un vacío inmenso

La directora de la Codeni, Adilia Amaya, manifestó que para quienes perdieron a sus hijos o quienes perdieron a sus padres la represión les ha dejado un “vacío inmenso”, mucho dolor, traumas, incertidumbre, desempleo, migración y empobrecimiento.

“El impacto en la familia por haber perdido a sus hijos, algunos porque estaban en la protesta y otros de manera muy circunstancial, es un dolor tremendo, un vacío inmenso… En el caso de los niños que están sufriendo porque mataron a sus padres en el marco de la protesta es lo mismo, la pregunta de ¿dónde está mi papá? ¿Cuándo lo voy a volver a ver? Es un trauma que les queda porque vieron salir a su familia y no la vieron regresar”, expresó Amaya.

Por otro lado, se desconoce si las instituciones del Estado están brindando protección a los niños que perdieron a sus padres durante las protestas. Aunque debido al contexto actual de Nicaragua muchas personas desconfían de los funcionarios públicos.

“Un efecto de la crisis que estamos viviendo (en Nicaragua) es que las familias que no tienen parientes muertos tienen padres desempleados, otros salieron del país, hay niños que están viviendo fuera del país y que también (sufren) la misma incertidumbre, el mismo miedo y las mismas necesidades básicas”, detalló Amaya.

El observatorio de la Codeni también destaca que solo en el mes de junio asesinaron a 16 niños y adolescentes, cinco perdieron la vida en abril, cuatro muertos en mayo y tres durante el mes de julio.

Uno de los casos que generó más indignación ocurrió en el barrio Carlos Marx, en Managua, cuando paramilitares custodiados por la Policía quemaron viva a una familia por negarse a prestar su casa para ubicar a un francotirador.

Traumas sociales

L a doctora en psicología Nora Habed Lobos explicó recientemente que la brutal represión en Nicaragua ha dejado traumas sociales y advirtió que cada vez es más normal ver niños jugando a ser vandálicos.

“Esta situación afecta a todos… y a los niños en particular, porque ellos no tienen la capacidad lógica para poder hacer un análisis de lo que es el mundo de los adultos, las interpretaciones que ellos hacen son diferentes, la percepción de ellos pasa directamente por el punto de vista afectivo; entonces ellos ven toda esa violencia y eso se les queda grabado en la mente”, dijo Habed Lobos.

De igual forma, organismos locales han advertido sobre la desprotección en la que se encuentra la niñez nicaragüense.

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