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Por una nueva independencia nacional

Hoy se conmemora el 197 aniversario de la Independencia Nacional de Nicaragua, obtenida el 15 de septiembre de 1821, cuando el imperio colonial español se disolvió en Centroamérica.

Nicaragua obtuvo los atributos de independencia y soberanía nacional gracias a la Independencia de 1821, pero más exactamente cuando se separó de la Federación de Centroamérica y se proclamó como Estado independiente, en el año 1838.

Apenas 33 años después, en 1854 Nicaragua perdió su independencia cuando los líderes liberales contrataron a mercenarios extranjeros para que les ayudaran a derrotar a sus adversarios conservadores, dando como resultado que en 1856 el caudillo filibustero William Walker se proclamara presidente de la República. Tuvo que ser necesaria la alianza de los dos partidos políticos históricos y la intervención de los ejércitos centroamericanos, para que los filibusteros fueran derrotados y Nicaragua pudiera recuperar su independencia nacional.

En 1914 Nicaragua perdió otra vez su independencia nacional, cuando el gobierno conservador de Adolfo Díaz Recinos suscribió con Estados Unidos el Tratado Chamorro-Bryan, cediendo la soberanía y todos los derechos para la construcción del canal interoceánico a cambio de tres millones de pesos oro. El Tratado Chamorro-Bryan fue anulado en 1970, durante el gobierno del dictador Anastasio Somoza Debayle, quien aprovechó la ocasión para declarar que había conseguido una nueva independencia nacional de Nicaragua, lo que en cierto modo así fue.

Sin embargo, Nicaragua volvió a perder su independencia, de hecho y legalmente, con el acuerdo del régimen de Daniel Ortega con el magnate chino Wang Jing, en junio de 2013, para la supuesta construcción del canal interoceánico en el territorio nicaragüense.

Ese acuerdo canalero, extremadamente oneroso para el país, fue refrendado legalmente en 2013 con la Ley 840, repudiada por la parte digna de la sociedad nicaragüense e impugnada particularmente por los campesinos de la franja territorial por donde pasaría el canal. Desde entonces los campesinos han luchado valerosamente y sin descanso por la derogación de la Ley 840. Con esa demanda se incorporaron a la rebelión cívica del 18 de abril, se integraron en la Alianza Cívica y han rechazado a la dictadura de Ortega y Murillo en el Diálogo Nacional.

Es justo reconocer, por la verdad histórica, que la Ley 840 —calificada como un nuevo Tratado Chamorro-Bryan— fue rechazada férreamente por 25 diputados dignos y patriotas que pertenecían al PLI, antes de que Ortega los destituyera y entregara ese partido a un grupo político subordinado a la dictadura.

Nicaragua volverá a tener independencia nacional, verdadera y plena, hasta que la Ley 840 sea derogada. Para lo cual es necesario derrotar previamente a la dictadura de Daniel Ortega en las elecciones libres y limpias anticipadas, que reclama el pueblo nicaragüense y demanda la comunidad internacional.

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