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Durante una manifestación, protestantes exigieron la liberación de los presos políticos en Nicaragua. LA PRENSA/Roberto Fonseca

Una mujer con cáncer entre las presas políticas del régimen de Daniel Ortega

Brenda Muñoz sufre un tipo de cáncer de páncreas y a la altura del hígado “ella tiene un hueco”, en el que bien le cabe una mano empuñada

El régimen de Daniel Ortega mantiene desde hace sesenta días encarcelada a Brenda Muñoz, una mujer que sufre un tipo de cáncer de páncreas y es una de las cerca de cuarenta presas políticas que el dictador ha enviado a la cárcel con procesos judiciales arbitrarios por exigir el retorno de la democracia en Nicaragua, lo cual implica la salida de la familia presidencial Ortega-Murillo del poder.

A simple vista, por lo abultado de su abdomen, Brenda pasa por ser una mujer en los últimos meses de embarazo.

Pero en realidad a la altura del hígado “ella tiene un hueco”, en el que bien le cabe una mano empuñada. De esa manera, explica su tía Ángela Muñoz la gravedad de la salud de su sobrina que está presa.

La mujer está recluida en la Cárcel La Esperanza, pese a que según sus familiares varias de las audiencias han sido suspendidas. Es acusada de robo, crimen organizado, quemas de vehículos y un hotel.

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“Esa enfermedad del hígado le ha enfermado los dos riñones, son como dos piñas de uvas, al estar cubiertos de quistes”, explicó la tía de Brenda, quien dijo que mientras esta estuvo en la delegación policial de Diriá, Granada, “pensaban que estaba embarazada, porque así parece que anda en los últimos meses, así es la gran barrigota”.

Como consecuencia de esa enfermedad, la mujer sufre desde hace unos cuatro años otros males como la hipertensión. Y desde ese tiempo en el Centro de Salud de Diriá, le han proporcionado tratamiento médico que cada mes solo retiraba, sin embargo, una vez que en el poblado se conoció su detención, las autoridades del mismo prohibieron a los médicos entregarles las recetas.

Uno de los médicos argumentó a los familiares de Brenda que deben obedecer las órdenes de no entregar medicamentos, porque están amenazados que si no obedecen los despiden. Es por ello, que ahora la familia debe costear los medicamentos que son caros.

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Pese a su enfermedad, Brenda participó en las marchas de los autoconvocados y permaneció un mes en el tranque del lugar. Ahora junto a otras siete personas, todos vecinos, es acusada por la Fiscalía de una serie de delitos, de los cuales su tía alegó es inocente.

Hace quince días, Brenda fue trasladada de Granada a la Cárcel La Esperanza y al día siguiente permitieron a su tía que la viera “un ratito”, fue una visita especial, con la presencia de los guardias. Y le programaron cita para el próximo 25 de septiembre.

Cinthya Maltez, hija de Muñoz, demandó la libertad de su madre. La joven expresó que la misma enfermedad causa que su progenitora cambie de carácter y ella teme que el encierro, la desespere y pueda reaccionar mal contra los funcionarios del penal y estos la castiguen, sin tomar en cuenta que esto es resultado de la misma enfermedad que sufre.

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Maltez denunció que mientras sufren por el encierro de su madre enferma, su familia ha sido asediada en las redes sociales por orteguistas que los tildan de “golpistas”, le afirman que su madre nunca saldrá de la cárcel y que extenderán la cárcel para cada uno de ellos.

Las diferentes organizaciones de mujeres y de derechos humanos en Nicaragua promueven una campaña, tanto a lo interno como a nivel internacional, por la libertad de las presas políticas, en especial de las que enfrentan condiciones de mayor gravedad como Brenda, a propósito de la asistencia de Ortega en la 73 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, el 26 de septiembre en Nueva York, Estados Unidos.

Sobre la campaña, Violeta Delgado, del Movimiento de Mujeres, explicó que a través de la misma solicitan que como una condición para que las delegaciones y Naciones Unidas “abran sus puertas” al Gobierno, le demanden la libertad de las presas políticas, particularmente en los casos de extrema gravedad.

El calvario de otras mujeres

Además de Brenda, las mujeres abogan por otros casos como el de Johana Espinoza, procesada en el mismo caso del Diriá, y Olesia Muñoz de Niquinohomo, por ser hipertensas; Aura Adilia Peralta, que es asmática; e Irlanda Jerez.

Delgado dijo que conoce de casos en los que las procesadas han tenido restricciones para que puedan ser visitadas por sus hijos, como el caso de las hermanas Muñoz de Niquinohomo, en otros casos porque son madres solteras, con hijos menores de 11 a 12 años que están en manos de familiares, algunos en manos de padrinos o de vecinos sin ningún tipo de atención y seguridad, por las que también buscan intervenir.

Audiencias suspendidas

Violeta Delgado, de las organizaciones de mujeres, expresó que según tienen información en el caso de los ocho detenidos en Diriá, entre ellas Brenda Muñoz, “ha habido tres intentos de audiencias y son suspendidas”, sin embargo, los procesados fueron enviados al Sistema Penitenciario Nacional sin siquiera tengan claro el debido proceso. Por ello, introducirán un escrito ante el poder judicial solicitando que mientras se realizan las respectivas audiencias y el juicio, a Brenda le permitan continuar con el limitado tratamiento al que tiene acceso.

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