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Así fue el primer gol de Messi. En un tiro libre el argentino colocó el balón a la esquina de la portería, dejando en la inutilidad a Zoet. lAPRENSA/EFE

El Barcelona con un Messi destructor golea al PSV

Messi es pasado, presente y futuro. Fue claro en la pretemporada: “este año debemos ganar la Champions”, el capitán del barco había mandado una señal

Messi es pasado, presente y futuro. Fue claro en la pretemporada: “este año debemos ganar la Champions”, el capitán del barco había mandado una señal. Cansado de ver como el Madrid levantaba la orejona en cuatro de los últimos cinco años, la añoranza del argentino se hizo notar. Y rompió el hielo para el Barcelona con tres goles ante el PSV en el triunfo 4-0.

El Barcelona está acoplado, no se desestabilizó con la velocidad y contragolpes de los holandeses, fue firme a sus ideas y claridad de juego. Rakitic y Coutinho causaron estragos constantes y participaron en las jugadas importantes. Dembelé se hizo mayor de un año para otro y con la frialdad concebida desde el Dortmund despertó a la fiera interna. Suárez hizo de compañero de Messi y aunque fracasó buscando el gol, fue un aliado indiscutible asistiendo.

El primer gol cayó después que Steven Bergwijn realizara una contra que pasó ligeramente desviada de la cabaña de Ter Stegen. Messi quebró la sequía en un tiro libre espectacular. El argentino mira la cancha como si fuera de futbol americano. Al 32′ se abrieron las redes, nada que hacer para Zoet.

Sin desfigurarse por completo, el PSV quiso hacer más pero no pudo, es un asunto de calidad impuesta, su ofensiva quedaba aislada y a la dádiva del destino.

Se desborda el barcelona

En la segunda parte Coutinho enviaba el primer aviso con un disparo en la carrera, encontrándose con la pelota, luego el brasileño hizo un envío con su sello de rosca y Zoet detuvo. Lozano respondió por los rivales y aprovechó su agilidad, se posicionó y al lanzar la estocada al arquero alemán, Piqué logró desviar el esférico. La defensa azulgrana no dejó nada a la suerte.

Al 67′ Coutinho se combinó con Messi, quien se entiende con cualquiera de manera automática. El balón le terminó quedando a Luis Suárez y lo estrelló en el travesaño. Messi cuando quiere tomarse un descanso le guiña el ojo al brasileño que funge como asistente.
Siete minutos después, Dembelé encontró el gol que buscaba Coutinho. Primero hizo una individualidad saliendo de dos defensores con el lujo del tacón y de derecha le dio una comba rompe redes.

Dos minutos más tarde Rakitic vislumbró a Messi en el espacio, La Pulga salió entre dos marcados y de primera, sin pensar mucho sino actuando, golpeó sin temor, era el tercer gol de la fiesta.

La obra del mago no había concluido. A tres minutos para el final Suárez asistió a Messi, el astro de derecha cerró su acto. Messi rompió el hielo y siguió demostrando que su legado aún no perece. Está tan vivo como en el pasado, pelea día a día en el presente y en el horizonte el futuro es prometedor.

Deportes Barcelona Messi archivo

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