Usuarios de las redes sociales han denunciado y criticado las fotografías de un supuesto paramilitar que exhibe, junto a otros hombres, armamento de alto calibre y de uso exclusivo del Ejército de Nicaragua, a bordo de una camioneta.
Las fotografías fueron difundidas luego de que el hombre, supuestamente, dejara botada una memoria USB en un negocio ubicado en el sector del viejo Estadio Nacional de Beisbol en Managua. El hombre ha sido identificado como Carlos Mauricio Orozco Pérez.
Te puede interesar: Perfil de paramilitares desmiente a Daniel Ortega
Orozco es, presuntamente, trabajador del Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI), de acuerdo a un reporte de horas extras de esa institución en el que aparece y que también fue difundido en las redes sociales.
LA PRENSA intentó, sin éxito, conocer la versión del MTI, pero al llamar e identificarnos como periodistas de este diario, cortan la comunicación.
Armas de fuego
En las imágenes, el hombre aparece con el rostro descubierto y en otras, utilizando un pasamontaña y mostrando las armas de fuego. Asimismo se hicieron públicas fotografías de este participando en marchas oficialistas en Managua.
Según expertos en armamento, el rifle que portan los supuestos paramilitares son rifles Galil modificados, uno de los fusiles de asalto estándar usados por las Fuerzas de Defensa Israelíes y principal fusil de infantería del ejército colombiano. Su uso es restringido para civiles.
Puede leer: Paramilitares acosan e impiden las manifestaciones en los departamentos del país
Durante los cinco meses de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, los paramilitares han trabajado en conjunto con la Policía Nacional para reprimir a los manifestantes y secuestrarlos, según los informes presentados por Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
También: Desapariciones forzadas, la otra cara de la represión en Nicaragua
Ortega ha dado versiones diferentes de los paramilitares en las entrevistas que ha brindado a medios de comunicación internacionales en los últimos meses, definiendolos como policías voluntarios, grupos financiados por partidos de oposición, asistidos por Estados Unidos o civiles defendiéndose de ataques.