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Flanklin Martínez participaba en las marchas de los autoconvocados y tuvo que dejar el país por múltiples acusaciones de sandinistas. LA PRENSA/ Cortesía

La historia de los exiliados de Santa Lucía, Boaco

Unos veinte pobladores de Santa Lucía han tenido que abandonar sus hogares a causa de la persecución orquestada por las turbas orteguistas

Hace 40 días, Franklin Martínez, de 52 años, tuvo que abandonar su natal municipio de Santa Lucía, en Boaco, por los múltiples asedios y acusaciones que simpatizantes orteguistas realizaron en su contra. Al igual que Martínez, 20 pobladores más de Santa Lucía han tenido que emigrar de sus hogares hacia los países vecinos.

“No solo yo tuve que emigrar. Hay muchos autoconvocados que por culpa de los sandinistas hemos tenido que dejar el país. (En Nicaragua) tenemos orden de captura y estamos circulados a nivel nacional según les dicen los policías a nuestras familias”, relató Martínez.

Durante las manifestaciones en su localidad, Martínez era el encargado de las transmisiones de las marchas, lo cual lo convirtió en uno de los rostros más visibles.

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“La vida en el exilio no es nada buena, uno está lejos de su familia y su hogar.  En un país ajeno, con poco trabajo, porque habemos unos 26 mil nicaragüenses que se vinieron a Costa Rica  y eso sólo los que estamos en trámite de refugiados, pero hay muchas personas que no se han reportado”, dijo Martínez.

Luego que huyó, las turbas destruyeron su casa

Jarvin Mendoza, de 44 años, es otro de los exiliados oriundos de Santa Lucía, quien es contundente al decir que “yo salí (del país) por la situación con los paramilitares, porque participé en los tranques. Cuando yo salí huyendo de mi pueblo, los afines al gobierno se fueron a meter a mi casa, me rompieron las puertas y me quebraron todo lo que tenía ahí”, añadió.

Luego que Javier Mendoza saliera del país, un grupo de sandinistas llegaron a destruir parte de su vivienda. LA PRENSA/Cortesía

A su vez, Mendoza mencionó que el mismo día que abandonó el país, dos camionetas de antimotines llegaron a rondar en la comunidad donde vivía para apresarlo.

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Lo mismo pasó con Adán Mauricio Rivas, de 35 años, quien desde hace un mes viajó a Costa Rica para escapar de la persecución. “Los mismos vecinos me decían que tuviera mucho cuidado, porque la Policía andaba detrás de mí. Eso se lo dijeron a uno de mis familiares, porque ellos ( los orteguistas) no dicen nada directamente y el que llegó con eso a mi comunidad fue un CPC”, detalló Rivas.

Rivas abandonó el país, porque un CPC llegó a decirles a sus familiares que la Policía quería capturarlo. LA PRENSA/Cortesía

Conocen a sus perseguidores

Los tres pobladores, conocen personalmente a sus perseguidores. Entre estos hay funcionarios públicos, miembros del Frente Sandinista de Liberación Nacional y exguerrilleros.

“Quiero que esa gente sepa que yo no les tengo miedo y que voy a seguir luchando por mi país, yo conozco a quienes se metieron a mi casa y cuando las cosas cambien yo voy a ser quien los denuncie”, dijo Mendoza.

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Pese a su exilio, Martínez consideró que los autoconvocados “van ganando la lucha cívica”, puesto que el Gobierno se ha quedado aislado de los demás países.

“Al final ellos saben que están perdiendo y tienen miedo. El problema es que en el avión de Daniel Ortega o en el barco de Daniel Ortega, no alcanzan todos los sapos. Pese al exilio de muchos de nosotros yo creo que el régimen está acorralado, porque donde va internacionalmente solo lo apoyan los mismos tres países en la ONU y en la OEA. Yo pienso que vamos ganando. En Santa Lucía debemos ser unos 6 mil pobladores y a él no lo apoyan ni mil personas, vamos ganando porque el pueblo ya se despertó y perdió el miedo”, concluyó Martínez.

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