El premio nobel de Literatura Mario Vargas Llosa aseguró que “el largo trabajo de construir una historia, de construir un libro, está plagado de incertidumbre”, porque el escritor “no sabe lo que va a ocurrir con aquello que escribe, una vez que está impreso en letras de molde”.
El escritor “se pregunta qué ocurrirá y si llegará a conmover a los lectores o pasará sin ruido y sin dejar una huella en el mundo tan indescifrable y misterioso del mercado de los libros”, afirmó Vargas Llosa, al recibir en Málaga (sur) la Medalla de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.
“Escribir es una vocación extraordinaria y exaltante, que enriquece mucho la vida de sus cultores, pero escribir significa también aislamiento, dificultad, desmoralizaciones temporales y, sobre todo, pasar grandes periodos en soledad”, añadió.
Lea: Cómo es el proceso para crear un libro, es revelado por el Grupo Planeta en Google
Es en esos momentos cuando todos los escritores sienten “la necesidad de un apoyo, una ayuda o un estímulo” que les permita “enfrentarse a las dificultades del trabajo de escribir”.
Reconocimiento lo emociona y conmueve
Por ello, ceremonias como la entrega de la Medalla de la Academia de San Telmo tienen para Vargas Llosa “una importancia fundamental”, porque “uno siente que lo que hace tiene sentido, que de alguna manera toca algunos espíritus, los emociona y los conmueve”.
Lea también: Universidad de México entregará Doctor Honoris Causa al escritor Sergio Ramírez Mercado
“Nada puede defender mejor a un escritor contra la sombra temible de la desmoralización como saber que lo que hace tiene un sentido y una razón de ser”, según Vargas Llosa.
El escritor hispano-peruano se felicitó por recibir esta distinción en Málaga, una ciudad que a su juicio ha experimentado una “transformación prodigiosa”, en la que “el aspecto que más hay que elogiar es que en esa transformación ha sido protagonista central la cultura”.
Lea además: Brasil declara su Literatura de Cordel como Patrimonio Cultural Inmaterial