Luego de que el gobierno de Daniel Ortega mandó a desalojar a los precaristas que estaban al este del Country Club, en Sabana Grande, algunos de los que se tomaron terrenos en el sector sur del Aeropuerto Augusto C. Sandino empezaron a desmantelar sus chozas y llevarse sus cosas en camionetas o carretones de caballo, anticipándose a la llegada de la Policía Orteguista (PO).
En los barrios Laureano Ortega Murillo y La Fe Ortega-Murillo —a como fueron bautizados por sus ocupantes— hay miedo de que los lleguen a sacar. Son simpatizantes del gobierno del presidente designado Daniel Ortega, pero ahora temen que puedan ser desalojados como lo fueron sus vecinos tomatierras que estuvieron frente al Country Club.
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Estas personas son tomatierras que llegaron a ocupar los terrenos ubicados en la parte trasera del Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, a ambos lados de la prolongación de la Pista Larreynaga, por instrucciones de secretarios políticos del FSLN para presionar a los empresarios privados que se unieron a la Alianza Cívica y como cantera de paramilitares para atacar los tranques.
Como pleitesía, se colocaron banderas rojinegras en lo más alto de las casas de zinc y las mantas con los nombres del caudillo Ortega, su hijo y su esposa, que se observan a la entrada principal de estos improvisados “barrios”, donde gozan de servicios básicos.
Después que unas 15 mil personas fueron desalojadas desde la madrugada del viernes por la PO, los precaristas y también fieles al partido de Gobierno se reunieron por la tarde del mismo viernes para tomar medidas de seguridad
¿Y ahora quién podrá defendernos?
Mientras se escuchaba de fondo la música oficialista, los invasores de tierras trazaron sus planes. Estos precaristas tienen beneficios que los desalojados del Country Club no tenían; cuentan con agua potable y están conectados ilegalmente al alumbrado público.
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Los primeros fueron sacados por un fuerte contingente de oficiales, acompañados por una pala mecánica y trabajadores de la Alcaldía de Managua y los mensajes transmitidos por ellos a los otros tomatierras es que este mes “iban a limpiar otras tierras”.
Este es el primer desalojo masivo que ocurre en Managua, ya que se habían registrado otros casos en los departamentos, principalmente en Carazo, Estelí y Chinandega.
En la ciudad capital todavía existen grandes propiedades privadas tomadas por precaristas afines al Gobierno; uno de ellos es el del sector del aeropuerto, otro grupo se asentó a lo largo de la Carretera Suburbana y otro en Sabana Grande.
En Los Brasiles
En Carretera Nueva a León, en el kilómetro 18, Los Brasiles, frente a los terrenos estatales de la Empresa Nicaragüense de Alimentos Básicos (Enabas), otro grupo de unas doscientas familias que invadieron la finca agrícola La Praga, ahora andan “pegando carreras” y organizando reuniones con los beneficiarios de la propiedad ajena para “defender la tierra”.
“Nos han llegado rumores que a finales del mes nos vienen a sacar, ya hemos visto a patrullas de la policía y funcionarios del gobierno filmando y vigilando la zona, nosotros vamos a defendernos si es necesario, porque aquí nos ha traído los buses para ir a las marchas y a los plantones y ahí hemos andado aguantando sol y lluvia y no es justo que nos quieran sacar después de haberle servido”, dijo a LA PRENSA una señora que pidió omitir su nombre por seguridad.
Al igual que en otros casos, a habitantes pobres de Ciudad Sandino, barrio Camilo Ortega, Sierra Maestra, Mateare y Los Brasiles, secretarios políticos locales los llegaron a buscar para darles las instrucciones de tomar estas tierras a condición de apoyar las acciones violentas del gobierno contra los manifestantes azul y blanco.
Un primer desalojo en esta zona ocurrió el 11 de agosto, cuando unos 180 tomatierras de Mateare y Ciudad Sandino se metieron armados a la finca experimental La Polvosa, de la Universidad Centroamericana, con las intenciones de apropiarse de la propiedad.
¿Se quedan porque se quedan?
De ahí fueron expulsados por la Policía Orteguista y los precaristas se regresaron a la finca La Praga, frente a Enabas, de donde se espera que sean desalojados a finales de mes, según las informaciones que les han hecho llegar a los precaristas que, ahora, se sienten traicionados por el partido de gobierno.
La promesa era que una vez que acabaran con los tranques, el presidente designado por el Poder Electoral, Daniel Ortega, les legalizaría los lotes y les metería energía y servicios básicos gratuitos.
En agradecimiento, los tomatierras asistieron a marchas y plantones del gobierno, instalaron banderas del Frente Sandinista e invirtieron en algunos materiales como plásticos, postes, cuartones de madera, zinc y hasta perlines y piedras canteras.
Para congraciarse con el régimen, bautizaron el asentamiento como “barrio 39/19, El Comandante se queda por que se queda”, pero al igual que en otras tomas de tierra ahora son amenazados de que se tendrán que ir.