Luego de haber sido expulsados de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) los estudiantes que se atrincheraron en el recinto universitario están siendo cazados por la Policía Orteguista (PO), situación que ha generado desasosiego entre los universitarios ya que en cualquier momento pueden ser arrestados por haber protestado contra el Gobierno de Nicaragua.
Entre los estudiantes detenidos se encuentra Jonathan López González, quien cursaba tercer año de Economía en el Recinto Universitario Carlos Fonseca Amador (RUCFA), y se unió a las protestas desde el pasado 18 de abril. Su madre, Alma González, con la voz entrecortada dice que no lo ha podido ver y lo único que sabe es que se encuentra en la Dirección de Auxilio Judicial, El Chipote.
González explica que intentó comunicarse con su hijo durante la mañana del domingo pero este no le contestó el teléfono, por lo que llamó a un amigo que lo acompañaba: “Yo supe de él (Jonathan) como a las 10:00 (de la mañana) porque andaba con un amigo. Al amigo yo le llamé y él me dijo que iban para (el supermercado) Maxipalí de Waspan Norte”, en Managua.
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Las horas fueron pasando y González no sabía nada de su hijo por lo que abandonó su hogar en Granada y se trasladó hasta Managua a buscar a su vástago. Asegura que aún en los peores momentos el universitario mantuvo comunicación con su familia.
“El 13 de julio que atacaron la UNAN-Managua, en medio de los balazos él siempre se preocupó por llamarme y decirme ‘mami estoy bien’, no me escribía, me mandaba audios porque él sabía que yo no le iba a creer si solo me escribía, cualquiera me puede mandar un mensaje de texto, su voz… yo la voy a reconocer siempre”, evocó González.
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Para los estudiantes ex atrincherados de la UNAN-Managua, el arresto de López fue como “el tiro de gracia” que se produce dos día después de que unos 82 estudiantes fueron notificados de su expulsión de la universidad. Entre los universitarios echados se encuentra Alejandra Centeno, quien cursaba el quinto año de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.
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“El proceso ha sido mucho más duro y aterrador desde que salimos de la UNAN-Managua y estos últimos días han sido muy intensos. El viernes (21 de septiembre) nos damos cuenta que estamos expulsados… y un (dos) días después agarran a Jonathan y es como si, primero solo estábamos muy tristes porque se nos habían llevado a Yaritza (Mairena), Levy (Rugama) y Vicky (Obando) y ahora además de triste también lo sentimos cerca y estamos conscientes de que el próximo podés ser vos”, expresó Centeno.
Para Centeno la expulsión definitiva de la universidad era algo que ya se veía venir, pero el golpe sigue siendo igual de duro porque no sólo se acaba el sueño de los estudiantes sino que es como echar por la borda el sacrificio de sus padres; no obstante, aclara que dada la criminalización de las protestas en Nicaragua, la expulsión pasó a segundo término y lo más importante es seguir vivo.
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“Es terrible, yo ya sabía que me iba a pasar porque soy vocera de la Facultad de Humanidades y ellos (las autoridades) están buscando cabecillas políticos, a como nos llaman, pero no sabía que me iba a doler tanto… No es solo el esfuerzo de nosotros, se trata también del sacrificio de nuestros padres. No somos chavalos con dinero, si estamos en la UNAN es porque hicimos un examen de admisión y estamos conscientes que de otra manera no hubiéramos podido pagar los aranceles de una universidad privada y esto nos está afectando”, agregó Centeno.