CP Freshmart ha sido una pesadilla para el boxeo nicaragüense. Un peleador ganando con tan pocos recursos y sin discusiones. Ni Byron Rojas ni Carlos Buitrago hicieron lo suficiente para destronarlo. Y desde el primer contacto con Nicaragua cuando enfrentó a Chocorroncito en 2014 no ha cambiado mucho, tampoco desde el último choque ante Rojas en 2016. Freshmart ha realizado cinco peleas, siendo todas en defensa de su cetro contra oponentes accesibles y sus triunfos han sido inobjetables, pero con todo y eso: sigue siendo el mismo.
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Y no es que sea el mismo peleador al cual no hay que tocarle nada como se pensó con Román González. Sino en el caso de Freshmart no hay mucho que mejorar con tantas limitaciones. Eso ha provocado en su entrenador mantenerlo al filo de lo que le ha resultado desde su coronación interina de las 105 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en 2014 y llegar a ser monarca absoluto frente al matagalpino en 2016.
Mejoría física
Durante la última presentación de Freshmart en China, si algo cambió a simple vista fue su físico. Más definido y una musculatura implacable es lo diferente en la “carrocería” del campeón, pero siempre su jab durante toda la pelea, la combinación de izquierda en recto y derecha en volado se mantiene, además del famoso amarre cuando queda fuera de balance o acaba de lanzar su metralla.
Freshmart mantiene siempre la precaución por encima de todo. No le importa que su oponente le robe la iniciativa, si eso ocurre rápidamente se instala perfectamente al contragolpeo, aunque sin castigar para noquear, lo hace para sumar los suficientes puntos y sacar una decisión. Un ejemplo claro ocurrió el pasado 27 de julio ante Chaozhong Xiong (118-110 y 116-112).
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Pero el principal problema causado por Freshmart es creer que en el siguiente asalto se puede encarrilar las cosas. Esa impresión dejó el chino, después de cada round creía que lo enderezaría, porque realmente el tailandés estaba al alcance, sin embargo, el tiempo y el ritmo constante de Freshmart se lo fue comiendo, es como si una confianza alberga a sus oponentes y termina siendo un resbalón en el objetivo.