Managua se ha convertido en una ciudad donde los basureros ilegales crecen como planta, al haber un evidente descuido de las autoridades municipales porque se concentran más en la participación de las marchas oficialistas.
Sitios que antes de la crisis sociopolítica permanecían limpios, ahora son vertederos ilegales, amenazando la salud de quienes viven cerca.
Tal es el caso del barrio Santa Ana norte, ubicado en el Distrito Dos de la capital, donde al lado del cauce y enfrente de este se ha creado un basurero, a escasos metros del puesto de salud Miguel Aguilar.
Marcia Tórrez, quien habita en la zona, explicó que de vez en cuando llegan los operarios de la Alcaldía a limpiar, pero que a las siguientes horas el lugar está sucio, “es que solo se llevan la basura y no se preocupan por evitar que se vuelva a tirar desperdicios”, agregó.
Esta calle del barrio Santa Ana está cerca del relleno sanitario La Chureca, que antes del 2012 era el vertedero a cielo abierto más grande de Latinoamérica, al abarcar cerca de 42 hectáreas.
En cualquier ciudad el descontrol de los desechos sólidos representan una amenaza para el futuro por la contaminación atmosférica y de las aguas.
En Managua a diario se producen más de 1,600 toneladas de desechos y varias de estas no son recolectadas y llevadas a La Chureca, se quedan en las calles y en tiempos de lluvia las escorrentías se las llevan a los sistemas de drenaje y los hacen colapsar con facilidad.
Fracaso de Vivir Bonito
En 2013 Managua tenía más de 200 basureros ilegales y desde el gobierno central se lanzó la campaña Vivir Bonito, que consistía en mantener limpia las ciudades.
La Alcaldía capitalina se apropió de la campaña y le declaró la guerra a la basura y quienes la tiran en las calles, pero de poco sirvió porque cinco años después los vertederos continúan.
De nada sirvió la normativa de multa y daños ambientales que aprobó el Concejo Municipal de Managua en ese mismo 2013.