Pese a que cada año el Gobierno incrementa significativamente la partida destinada al combate de la pobreza, un estudio reveló que las remesas son más efectivas al momento de reducir pobreza en Nicaragua que los programas asistencialistas estatales.
La Encuesta de Hogares para medir la pobreza en Nicaragua, de la Fundación Internacional para el Desafío Económico Global (Fideg), reveló que si al país no hubiesen ingresado remesas, el año pasado la pobreza general en lugar de ubicarse en 41.2 por ciento esta hubiese ascendido a 47.7 por ciento y la extrema en 12.5 por ciento, en lugar de 8.4 por ciento.
En tanto, si los programas sociales no se hubiesen implementado el año pasado, entonces la tasa de pobreza general en lugar de 41.2 por ciento, se ubicaría en 43.8 por ciento. Por su parte, la pobreza extrema pasaría de 8.4 por ciento a 10.7 por ciento en ausencia de estos.
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Enrique Alaniz, coordinador de la encuesta y director de investigaciones de la Fideg, explicó que esta situación puede significar que se requiere focalizar mejor el gasto público para que este tenga mayor incidencia en la reducción de la pobreza.
“Pareciera ser que hay bastante margen para mejorar la focalización de ese gasto social, es decir hay la literatura especializada, lo que se conoce como errores de inclusión, que es que vos beneficias a gente no pobre, pero también se producen errores de exclusión que ocurre cuando a gente no pobre no las beneficias”, explicó, quien, no obstante, dice que porcentualmente la caída de la pobreza producto de estos programas son aceptables si se compara con otros países.
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Remesas llegan casi por igual que programas
La medición del impacto de las remesas en la vida de los hogares se obtuvo de la Encuesta de Hogares para Medir la Pobreza en Nicaragua, con una muestra de 1,732 hogares, de los cuales el 25 por ciento recibía envíos del exterior. En promedio cada hogar captó en remesas 150 dólares mensuales.
En tanto, de esa muestra cerca del 20 por ciento aseguró que se había beneficiado de algún tipo de programa estatal, precisó Alaniz. En este aspecto, se consultó a los hogares sobre si habían sido beneficiados de algún programa de los 17 que contemplaba la encuesta.
Entre los programas estatales figuran el Usura cero, Hambre cero, Plan techo, jornada de abatización, brigada médicas extranjeras, la Mochila escolar, la Merienda escolar, entre otros. Alaniz aclaró que el estudio no recoge el impacto de cada programa en la vida de los beneficiarios, pero sí la incidencia de todos en su conjunto en la población.
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De hecho, una encuesta publicada por la firma CID Gallup divulgada esta semana reveló que los programas subsidiados del Gobierno tienen una reducida presencia entre la población. Muestra de ello es que solo el 17 por ciento de la población hasta septiembre de este año afirmó haberse beneficiado de algún programa estatal.
Más remesas y gasto público
El año pasado el Gobierno destinó 46,122 millones de córdobas en gasto de su estrategia y reducción de la pobreza general frente a los 51,285 millones de córdobas previstos para este año antes de la reforma presupuestaria que impulsó en julio, donde aplicó un fuerte recorte al gasto de inversión, que es el que al final impacta en la reducción de la pobreza.
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En tanto, el año pasado al país entraron 1,390.8 millones de dólares y este año hasta agosto estos ya sumaban 975.7 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Nicaragua.
Varios de estos programas sociales que fueron consultados por ambas organizaciones han dejado de ser gratis debido a la caída de la cooperación de Venezuela, que financiaba la gratuidad de estos. Los que han sobrevivido, como Hambre cero o Plan techo, ahora se entregan como créditos.