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Gioconda Belli, Sergio Ramírez y Sabrina Duque participan en el panel “Nicaragua: el grito de los volcanes”. LA PRENSA/ EFE/Luis Eduardo Noriega A

“La revolución terminó en 1990 y no tiene segunda parte, dijo Ramírez en el debate “Nicaragua: el grito de los volcanes”

Por su parte la poeta Gioconda Belli explicó que "la mayoría de los cuadros y militantes que hicieron la revolución dejaron" el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) "no ahora, sino desde 1993"

El exvicepresidente y escritor nicaragüense Sergio Ramírez afirmó en Medellín que el Gobierno de Daniel Ortega “no es continuación de la revolución” sandinista que llegó al poder en 1979 tras derrotar al dictador Anastasio Somoza.

“La revolución terminó en 1990 y no tiene segunda parte. Lo único que tiene buenas segundas partes es Don Quijote”, dijo Ramírez en el debate “Nicaragua: el grito de los volcanes”, que forma parte del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo que se realiza en Medellín.

El pasado 18 de abril comenzó un estallido social en Nicaragua contra Ortega en cuya represión han muerto entre 322 y 512 personas, según el cálculo de varias organizaciones civiles.

La oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al Gobierno de Ortega por “más de 300 muertos”, ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros, violencia sexual, entre otras violaciones a los derechos humanos.

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Ramírez, vigente ganador del Premio Cervantes, recordó que desde el inicio de las protestas contra Ortega, los colores azul y blanco de la enseña nicaragüense “se han vuelto una bandera subversiva” y portarla “es un delito”.

Sin embargo y pese a la situación que actualmente se vive, el último ganador del premio Cervantes y vicepresidente de Nicaragua entre 1985 y 1990 con Ortega aseguró que no quiere ver en su país “ni una guerra civil ni un golpe de Estado”.

Al ser preguntado acerca de qué futuro prevé para Nicaragua, Ramírez aseguró que “se ha creado una incompatibilidad total entre la sociedad y el régimen”.

En este sentido, aseveró que antes del 18 de abril, Ortega tenía de su lado a la empresa, el “silencio de la Iglesia” y de “gran parte de la clase media”.

“Tenía acogotada a las universidades, los estudiantes no se movían. Hoy los empresarios están en contra del régimen, la Iglesia está por el respeto absoluto a los derechos humanos y una voz de protesta que se alza contra los abusos y los asesinatos. Tenemos un régimen verdaderamente aislado”, subrayó.

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Por su parte, la también escritora y poeta Gioconda Belli explicó que “la mayoría de los cuadros y militantes que hicieron la revolución dejaron” el oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) “no ahora, sino desde 1993”.

“Nosotros le habíamos dado autoridad a Daniel Ortega porque era el representante de Nicaragua (…) pero cuando perdemos las elecciones en 1990, un gran grupo planteamos reformular el partido, convertirnos en una oposición constructiva y Daniel Ortega se cerró”, dijo.

Para Belli, Ortega quería entonces “confrontar” el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro y “hacer asonadas” contra él.

“Les hizo una guerra bastante intensa a nivel popular y pensamos que era más bien necesario que volviera la paz, que la gente trabajara”, concluyó.

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