Lejos de ver la normalidad que el régimen orteguista intenta imponer en Nicaragua, el Banco Mundial reconoció este viernes que la situación en el país es “crítica” y prevé dos años de contracción de la economía: -3.8 por ciento este año y -0.5 por ciento en el 2019.
La preocupación del Banco Mundial es de tal magnitud que ha redoblado esfuerzos de fiscalización para controlar el manejo y uso de los fondos que han entregado al régimen, de manera que estos no se usen para otros fines para los cuales han sido desembolsados o activos que hayan financiado.
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Tampoco el organismo prevé nuevas aprobaciones ante la incertidumbre del rumbo del país.
Durante la presentación este viernes del informe Sobre incertidumbre y cisnes negros. ¿Cómo lidiar con riesgo en América Latina y el Caribe?, al ser consultado sobre la situación de Nicaragua, Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, respondió: “Creo que la situación en Nicaragua es una situación seria, van cinco meses de problemas sociales y políticos… creo que la situación es muy crítica”.
Por su parte, Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, explicó que el origen del problema en Nicaragua es político y social, pero obviamente tiene un impacto económico, lo que traerá pobreza y desigualdad.
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“Desde luego la incertidumbre hacia adelante limita nuestra capacidad de seguir trayendo cosas nuevas al programa (que Nicaragua tiene con el BM), entonces más bien estamos en una modalidad de operación donde estamos cuidando mucho lo que existe, más que pensando en cosas nuevas, lo que es hasta cierto punto preocupante porque todos quisiéramos ver una Nicaragua con condiciones adecuadas para crecer, para reducir la pobreza, reducir la desigualdad y no es lo que estamos viendo”, señaló Familiar.
Incluso, indicó que la crisis ha limitado la capacidad de operación en Nicaragua. “Nos hace ser más cautos, nos hace redoblar los esfuerzos en materia de supervisión de los proyectos; redoblar los esfuerzos desde el punto de vista del uso de recursos tanto financieros como activos financiados por el banco, asegurarnos que el uso que se le dé, sea el uso para el que fueron destinados y para los cuales se otorgó el financiamiento, entonces estamos en un entorno pues de un mayor nivel de supervisión, de auditoría”, dijo.
Y es que desde el estallido de la crisis, la población ha denunciado que bienes financiados por la cooperación internacional, como vehículos, estaban siendo utilizados para reprimir a civiles. La embajada de Estados Unidos quitó a la Policía Orteguista los vehículos donados. Posteriormente Holanda, Luxemburgo y la Unión Europea se sumaron a la suspensión de ayuda al gobierno del dictador Daniel Ortega, por violación a los derechos humanos. Japón, igualmente, incrementó sus controles sobre el uso de los bienes donados.
Dos años de contracción económica
En paralelo a los planteamientos de ambos cargos del Banco Mundial, ayer el organismos pronosticó dos difíciles años para Nicaragua, mientras que para el resto de la región prevé crecimientos económicos.
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Las previsiones del organismo distan del optimismo de la dictadura de Daniel Ortega que prometió acelerar este año la recuperación económica para en el 2019 retornarla a los niveles que había antes de la crisis, que aún sigue sin resolverse.
Hasta ahora el Gobierno de Nicaragua no ha actualizado sus últimas proyecciones económicas presentadas semanas después del estallido de la crisis política, la cual mantiene deprimida la gran mayoría de las actividades económicas.
A finales de junio de este año, el Banco Central de Nicaragua rebajó de 5 por ciento a 1 por ciento el crecimiento económico para este año debido al impacto de la crisis.
Las previsiones del Banco Mundial reflejan que Nicaragua será el único país en Centroamérica que este y el próximo año no experimentará crecimiento económico, pasando de esa manera de la economía que más crecía en el istmo en los últimos años a la única que se queda atrás.
“Se espera que América Central y el Caribe continúen creciendo a un buen ritmo (2.8 por ciento y 3.7 por ciento, respectivamente, con un crecimiento en América Central que se verá mermado por la crisis política y económica que sacude a Nicaragua)”, señala el BM.
Las perspectivas de crecimiento del Banco Mundial se asemejan a las previsiones actualizadas de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), que prevé una reducción de entre 2.1 y 4 por ciento del Producto Interno Bruto.
Fitch ve caída
La calificadora de riesgo crediticio Fitch Ratings pronosticó esta semana que el Producto Interno Bruto de Nicaragua caerá este año 2 por ciento y que una posible aprobación de leyes que sancionan a Daniel Ortega y sus séquitos provocará años difíciles en la atracción de inversión extranjera y obtención de recursos externos durante 2018-2022.