Miriam del Socorro Matus, de 78 años, reconocida como doña Coquito y Flor Ramírez, de 63 años, son dos adultas mayores que por participar en las marchas son acosadas y hostigadas a través de las redes sociales por fanáticos orteguistas.
Ambas denunciaron en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), que tras la violenta detención que sufrieron el pasado domingo 30 de septiembre en el sector del mercado Iván Montenegro, el acoso en contra de ellas ha aumentado.
El hostigamiento que sufre doña Coquito de parte de orteguistas incluso cuando va a la pulpería ya le está provocando problemas psicológicos, pues hasta las bolsas de agua helada salen a relucir y ella no entiende en qué las ofende aquella acción humanitaria que hizo. Pero asegura que su preocupación “son las ofensas, me pasan diciendo cosas que yo no me lo merezco porque no ofendo a nadie”.
(VIDEO) Así fue la detención violenta de doña Coquito y doña Flor
“Me siento enferma porque yo oigo las cosas, miro las cosas y eso es lo que a mi me entorpece mi mente (…) yo no puedo dormir”, relata doña Coquito.
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Por su parte, Ramírez denunció que pretenden desacreditarla en las redes sociales, al señalarla de ser una usurpadora debido a que su hermano e hijo adoptivo murieron en el Servicio Militar Obligatorio en la década de los 80, por lo cual los orteguistas desde hace unos dos años le pasan un paquete de arroz y frijoles. Pero señaló que ella lo crió porque quedó huérfano a los tres años y lo que le entregan son para sus tres hijos que dejó huérfanos.
Y les dijo si quieren quitarles ese paquete de alimentos, que lo retiren.
Y en el caso de la pensión reducida que recibe les recordó es un derecho por los años que cotizó para fábricas de la Zona Franca Industrial, no un regalo del gobierno de turno.
“A mi no me está dando nada el gobierno esto me lo gané yo”, dijo Ramírez en su denuncia ante la CPDH.
Las dos mujeres fueron detenidas de forma violenta por una patrulla policial primero al Distrito Siete y luego al Chipote. Doña Coquito solo recuerda que la subieron a una patrulla con zaranda. Ella se hizo popular cuando repartió su venta de agua helada a las madres de los asesinados por la dictadura orteguista durante la sesión del diálogo nacional.
Ramírez aún muestra los moretones que quedaron marcados en ambos brazos producto de la forma violenta en que fueron subidas junto a otra joven mujer por reclamar por el arresto a doña Coquito, hecho ocurrido el pasado domingo en inmediaciones del Mercado Iván Montenegro.