Después de cuatro partidos, algunos esperaban que el Bóer estuviera convertido en el nuevo campeón del beisbol nacional o muy cerca de serlo. En lugar de eso, lo tienen contra la pared y a punto de ser fusilado. Los Dantos lo han arrollado.
La tribu conformó uno de sus mejores equipos en mucho tiempo y saltó al terreno de juego como favorita para vencer en la Final, pero los Dantos han sido superiores en todo y con todo el mérito del caso, se han colocado a un triunfo de volver a la cima.
No creo que el Bóer sea tan inútil a la ofensiva como ha lucido. Tampoco pienso que los Dantos sean tan solventes con su picheo como se han mostrado, pero la realidad está ahí. El bateo indio está por el suelo y la serpentina de los Dantos ha lucido en plan grande.
Incluso, un área sólida en la tribu como es su defensa, ha flaqueado, lo que ha conspirado contra la estabilidad de su picheo. Pero el mayor problema ha estado en su ataque, por no decir en su corazón, que hasta ahora se ha visto muy reducido.
¿Cuál es la causa del bajón? En principio he creído que la inactividad del Bóer le estaba pasado factura. Pasaron quince días entre su último juego ante Chontales y el primero contra los Dantos. Se pierde la condición deportiva, se desajusta el ritmo y se afecta el “timing”
Sin embargo, un exseleccionado nacional y además exintegrante del Bóer, indica que los Dantos provocan cierto temor a lo interno de los Indios. Que a menudo se expresan con dureza contra el equipo militar, pero que en el terreno de juego, por lo general, sucede otra cosa.
Lo cierto hasta ahora, es que los Dantos están arriba 3-1 en la Final y se ve difícil que los Indios puedan darle vuelta a la serie, no obstante, en beisbol nunca hay que descartar nada. Pero ciertamente, los Dantos han hecho más para ser campeones, que este Bóer sin espíritu.
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