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La mentira tiene su fin

La “justicia” de la dictadura se traduce en represión para la oposición y garantía de impunidad, premios y hasta ascensos para los fieles policías o paramilitares que se destaquen por su historial represivo.

Hay dos acepciones de este título: la mentira tiene su fin. Una es que decir o repetir una mentira como decía el jefe de propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, tiene su rentabilidad y la otra es que esta “rentabilidad” o este fin, se agota, se termina, o tiene su final.

El final ocurre cuando la mentira es tan grande que todo el mundo la pueda ver y resulte demasiado mentira para ser creída, por más que esta sea repetida: es el caso de la represión televisada por el mundo la mañana del pasado domingo 14 de octubre en Camino de Oriente, sitio donde irónicamente se originó la primera protesta —que fue violentamente reprimida— contra la antojadiza reforma al INSS.

Según el comunicado 117 de la Policía Orteguista, 38 personas fueron capturadas en una masiva redada en Camino de Oriente “por estar involucradas en actividades instigadoras y provocadoras que violentan el derecho de las familias nicaragüenses a movilizarse, circular libremente y realizar sus actividades económicas, comerciales, religiosas, deportivas y de recreación, con normalidad”.

Es decir: estas personas “paralizaron” Managua, pero la mentira es tan evidente que llegó a su fin rápidamente en todas las tomas de video realizadas por un contingente de periodistas internacionales que documentaron las brutales capturas de personas que ni siquiera estaban en la calle, sino que se encontraban congregadas en una propiedad privada: la acera del Supermercado La Colonia de dicho centro comercial.

El mismo comunicado de la Policía es contradictorio porque si estas personas estaban “paralizando Managua” ¿por qué luego de ser capturadas se libera a 8 y se deja a 30 ilegalmente en prisión?, ¿por qué la Policía Orteguista permitió que centenares de otras personas estacionaran sus vehículos en plena vía pública y se tomaran las rotondas para mostrar su afecto por la bandera rojinegra?

La “justicia” de la dictadura se traduce en represión para la oposición y garantía de impunidad, premios y hasta ascensos para los fieles policías o paramilitares que se destaquen por su historial represivo.

La jornada laboral de los empleados públicos se ha visto reducida para permitirles manifestar su “apoyo” al régimen tomándose las rotondas siempre bajo la protección desmesurada de fuerzas policiales del régimen.

Por meses la versión oficial del régimen de los sucesos sangrientos que han cobrado más de 400 muertos desde el 18 de abril a la fecha, ha sido que “las palomas le disparan a las escopetas”, es decir, que los manifestantes con la banderita azul y blanco de la patria o que riegan inofensivos globos de igual color, son los responsables de todo.

La brutal redada del pasado domingo, documentada por muchos periodistas internacionales que andaban con equipo de protección personal, como para entrar en un campo de batalla moderno, exhibe ante el mundo, la verdadera naturaleza de la tiranía, como bien lo señaló el editorial de LA PRENSA del pasado lunes 15 refiriéndose a estos hechos. La mentira cayó avasallada por la verdad.

El autor es periodista, exministro y exdiputado.

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